Debido a factores internos y externos, la agricultura de la quinua indígena se encuentra en etapa de aguda declinación. En efecto, caen los precios internacionales, crece la competencia de otros países productores y no se solucionan los factores relacionados con la economía agraria en general.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), las exportaciones bolivianas de ese “grano de oro” han caído este año en 42.5 por ciento, o sea cerca de la mitad en relación con el año pasado. Ese hecho determinó que el valor exportado también sufra un notable descenso de 19 por ciento, datos que confirman que la agricultura de la quinua, al igual que otras, atraviesa un mal momento y además sus perspectivas son poco optimistas.
Desde los últimos años del siglo pasado, la quinua se convirtió en alimento de consumo internacional y poblaciones de Europa y América adoptaron ese grano caracterizado por su alto nivel de nutrientes. Esa realidad originó que la quinua boliviana fuese objeto de gran interés de parte de empresas comercializadoras y, naturalmente, muchos agricultores de la zona andina dedicaron sus tierras al cultivo del “grano de oro”, consiguiendo considerables ingresos que les permitieron mejorar su nivel de vida.
Sin embargo, de pronto la producción de quinua nacional empezó a sufrir graves problemas, el primero de ellos la caída de los precios internacionales y el segundo la competencia de agricultores de otros países, lo que originó mayor oferta del producto y, por tanto, nuevas bajas en las cotizaciones.
En esa forma, Bolivia perdió el primer lugar como productor de quinua en el mundo. Perú, en cambio, ocupó el puesto de Bolivia y sus agricultores consiguieron grandes volúmenes para su consumo y exportación. Inclusive se logró producir quinua a nivel del mar, lográndose hasta 4.000 toneladas por hectáreas, mientras en Bolivia ese rendimiento no pasa de 600 kilogramos por hectárea.
Los agricultores nacionales no solo enfrentaron esos problemas, sino también chocan con otros de tipo tradicional que determinan que no puedan mejorar su productividad. En efecto, el agro boliviano debido a causas de viejo origen no cambia ni sus antiguas relaciones de producción ni la vieja distribución de la tierra, grandes factores que impiden mejorar el trabajo de la tierra, la introducción de moderna tecnología, mejora genética del grano, costos más bajos, etc.
No son, pues, sólo factores externos los que causan la crisis de la agricultura de la quinua, sino también son aspectos internos los que arruinan a los productores. Es más, ese resultado se origina en que Bolivia, pese a algunos intentos, no resolvió las causas de la crisis agraria, más bien las prolongó al aplicar una legislación obsoleta, antidemocrática e inclusive anticampesina, incluyendo medidas antieconómicas por vía constitucional y legal que, mientras continúen en vigencia, seguirán frenando el progreso de los agricultores, como en el caso de la quinua.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |