Una velada singular

El pasado día viernes, el Círculo de la Unión, en pleno corazón paceño, lució sus mejores galas, con motivo de la presentación de un nuevo libro de María Teresa Rivera de Sthalie, tenaz promotora cultural radicada más allá de nuestras fronteras y que visita La Paz luego de dos años de ausencia, esta vez junto a su hija Denise.

El título de la obra es Música y músicos bolivianos, volumen dos, cuyas páginas abarcan una serie de artículos escritos a partir del 2003 hasta el presente y que merecieron su publicación tanto en el reino de España como en Bolivia, denotando un verdadero afán de difusión del trabajo de nuestros artistas y cultores musicales. Los títulos del índice lo dicen todo: música y músicos bolivianos, Festivales-concursos-instituciones, Premios y distinciones, Libros y grabaciones, Óperas bolivianas, Homenajes póstumos y Ópera en el Teatro Real de Madrid.

Un verdadero registro de la actividad musical desplegada; tratándose en realidad en lo formal de un álbum, entre fotografías y semblanzas de músicos que difunden su arte dentro y fuera del país.

La presentación de la autora estuvo a cargo de Cergio Prudencio, quien, entre otras cosas, manifestó que Bolivia es una opción de vida y Teresa Rivera se ha ocupado de ballet y ópera bolivianos en visión integradora, además de fomentar las actividades musicales en general. Doña Teresa, así llamada respetuosamente por las personas que la conocen, emocionada se dirigió a la concurrencia y sostuvo que continuará ayudando a un mayor conocimiento de nuestra realidad y la edición de su nuevo libro tiende a preservar la actividad musical.

Para deleite de los asistentes al acto, el programa consignó la participación de la cantante Denise Sthalie Rivera, hija, joven que con exquisito gusto y fluidez melódica interpretó el tema Alfonsina y el mar. También estuvo presente la Sociedad Coral bajo la dirección de José Lanza Salazar, de alta calidad, manifestando el ejecutivo que el coro está pronto a celebrar sus bodas de oro y recordó que Teresa integró el mismo e incluso fue solista; por lo que la aludida puntualizó que, por si acaso, no la echaron y lamentablemente debido a su cambio de radicatoria tuvo que abandonar a mucho pesar el coro. Ambos desgranaron buen humor.

Finalmente, la Orquesta Juvenil Nuevo Mundo, de la ciudad de El Alto, a cargo de Gabriel Revollo, y la intervención de Omar Yapur al piano, de apenas diez años de edad, ejecutó uno de los conciertos del compositor austriaco Haydn.

Una cerrada ovación a cada número musical demostró la complacencia de los concurrentes en sala, que disfrutaron de la bella música. “Un verdadero regalo al oído y al espíritu”, según diría doña Teresa en un comentario sobre otra velada en el exterior. O, en recuerdo de un pasaje memorable, habría que agregar que el acto fue un jacinto para el alma.

Esta dama orureña y su esposo Jan, de nacionalidad holandesa, realizan una labor altamente ponderable de fomento a nuestros exponentes en materia musical -y por qué no reconocer- de un mecenazgo admirable, prestando todo tipo de cooperación a quienes, aquí y allá, Bolivia y España, requieren de un impulso para exhibir el arte musical, que de otro modo quedaría en la penumbra, sin trascendencia alguna. Pianistas, violinistas, guitarristas, compositores y concertistas, saben de las manos abiertas de esta pareja para estrechar las del ocasional visitante que abriga en el fondo de su ser el ensueño de hacer conocer su arte, sea en Madrid o en nuestro propio país.