I
La energía nuclear es aquella producida a partir de minerales radioactivos (uranio, radio, thorio, polonio y otros). Sabemos que haciendo llegar partículas al núcleo de ciertos átomos se consiguen isótopos radioactivos, así por la fisión (escisión o partición, bombardeando con un neutrón) del uranio 236 se obtienen el uranio 235. En esta fisión se producen dos núcleos distintos y neutrones libres, que al incidir sobre otros átomos originan una reacción en cadena, la cual produce una gran producción de energía, llamada energía nuclear.
Se conoce más de 150 especies minerales portadoras de uranio y thorio, de las cuales alrededor de 60 corresponderían a compuestos secundarios de uranio, bien definidos.
De este conjunto, su naturaleza varía desde simples óxidos hasta compuestos de constitución muy compleja. Sólo un número reducido es el que tiene importancia comercial y estratégica.
De conformidad con su origen, los minerales que nos ocupan se agrupan en:
a) Minerales primarios o hipogénicos: Entre éstos tenemos:
Óxidos simples: Comprenden la pechblenda y la uraninita, constituidas por uranio con participación variable de thorio, plomo y pequeñas cantidades de tierras raras.
Óxidos múltiples: Se caracterizan por ser portadores, en la mayoría de los casos, de tierras raras en combinación con tantalita y columbita con proporciones de titanio.
b) Minerales secundarios o supergénicos: Se originan por procesos de meteorización a partir de los compuestos primarios. Entre éstos tenemos los óxidos (gummita, becquerelita, schoepita, curita, uranosphaerita y otros); fosfatos (autunita, metaautunita, torbernita, metatorbernita, ferrouranita, etc.); arseniatos (zeunerita, uranospinita); vanadatos (carnotita, tyuyamunita, uvanita); sulfatos (zippeita, johannita); carbonatos (uranothallita, rutherfordina, schoeckingerita); silicatos (uranofano, sodita).
Antes de 1967, el Gobierno de Bolivia, en razón de la importancia de la energía nuclear y de sus aplicaciones pacíficas, dispuso mediante decreto supremo la creación de la Comisión Boliviana de Energía Nuclear (Coboen).
Posteriormente, Bolivia ingresó como país miembro del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Coboen fue desde entonces el organismo rector en materia nuclear, a nivel nacional. Su misión señalada por ley le confió entre otros la organización de estudios y trabajos de preparación, prospección, evaluación, explotación, refinación, control, comercialización de minerales radioactivos, complejos y subproductos existentes en el país.
A partir de 1967, Coboen inicia sus primeros trabajos contando para ello con asistencia de la misma OIEA. Estos trabajos fueron realizados en condiciones técnicas y económicas precarias, situación que fue mejorando paulatinamente.
Luego, con el apoyo del Gobierno boliviano y la OIEA se formó personal especializado, asimismo se recibió la visita de expertos en varias áreas y de esta manera COBOEN incursionó en el área de materias primas, medicina, física nuclear y otros.
También con la colaboración de países amigos, los personeros de COBOEN recibieron capacitación mediante becas en materia nuclear.
Coboen, mediante sus labores, determinó varias anomalías de minerales radioactivos en el paquete sedimentario del Terciario, situado en el Altiplano Boliviano, como ser en la Zona de Chacarilla, Mina Amistad, Los Lípez, Collpani, Thola Palca, Huancarani; exploró y explotó desde 1974 hasta 1983, U3O8 en la mina de Cotaje (límite en conflicto entre los departamentos de Potosí y Oruro), de características singulares, estableciendo en dicho depósito pequeñas reservas, habiendo obtenido en 1974, en forma experimental, en una planta piloto, 2 kilogramos de “yellow cake” (torta amarilla).
En la década del 80, AGIP (expresa extranjera) conjuntamente con Coboen realizaron un estudio de evaluación de minerales radioactivos en Bolivia, cuyos resultados no fueron alentadores y de esta manera Coboen se disgregó, pasando el área de materias primas (prospección, exploración y explotación) al Servicio Geológico de Bolivia (ex-Geobol) y el resto de las áreas dio lugar a la creación del Instituto Boliviano de Tecnología Nuclear. Ibten contó con instalaciones en la avenida 6 de agosto de la ciudad de La Paz y con otra en los alrededores de Viacha, donde realizaba experimentos, analizando la dinámica del agua en los suelos altiplánicos y otros (en el rubro agrícola).
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