Tuve el agrado de recibir una copia preliminar del fascinante libro de Mauricio Mamani Pocoaca y Carlos Capriles Farfán intitulado Suri Awicha. La “Doncella” Andina: Propuesta de conservación de una especie en peligro de extinción (La Paz: Producciones CIMA editores).
Llama la atención la metodología que subyace a la obra. Lejos de ser un estudio, como tantos otros, en el cual los científicos examinan una especie animal de una manera divorciada del contexto humano que influye sobre ella -éste generalmente suele ser mencionado solamente de paso como un factor nocivo abstracto- los autores basan su investigación sobre los conocimientos empíricos de hombres y mujeres habitantes de las zonas donde se ubican los suris (Pterocnemia pennata [“avestruz”] andino). Además, fenómeno raro en las investigaciones etnográficas, reconocen los aportes específicos de sus informantes, citándolos verbatim e incluyendo sus nombres.
Por medio de las observaciones hechas por estos informantes, los autores enfocan, entre otros temas, el comportamiento de los suris, su ciclo vital, su frecuencia a través del tiempo, y las enfermedades y enemigos que afectan su subsistencia, los peores entre éstos últimos, por supuesto, el ser humano. Si bien la metodología utilizada pudiera ofrecer ciertas limitaciones: serían interesantes en este contexto observaciones más sistemáticas, por ejemplo, acerca de los extraños rituales nupciales practicados por los suris, o datos más precisos acerca del tiempo y modo de su incubación - el hecho de conocer este animal por medio de personas cuyas observaciones están ligadas a la importancia que esta ave tiene en sus vidas - forma parte del texto la descripción de los usos que se hace de los productos relacionados con ellos, desde los excrementos hasta los huevos, plumas, carne, etc. - nos alertan tanto sobre el peligro que constituye el ser humano a la supervivencia de esta especie, como sobre las prácticas y creencias que las sociedades aymaras han desarrollado para limitar los más obvios excesos de su depredación.
Se trata de artefactos culturales cuyo uso o mal uso podría ser crucial en cualquier tentativa de conservar esta especie, hoy en grave peligro de extinción. Además, el libro analiza los estragos causados por los esfuerzos efectuados a lo largo del tiempo para satisfacer la demanda externa, tanto en lo que toca a la moda -por suerte ya no tan prevalente- de adornar los sombreros de dama europeos con plumas de suri, como a la tampoco ya no tan extendida costumbre de fabricar plumeros utilizando este producto.
En cuanto a los antecedentes profesionales de los autores, me limitaré a comentar sobre la trayectoria antropológica de Mauricio Mamani Pocoaca, científico aymara cuyas investigaciones pude observar desde el año 1961, cuando el citado Mamani trabajaba como asistente del antropólogo William Carter, a quien sugirió la elección de su comunidad de origen, Irpa Chaco, como sitio paradigmático para la investigación de la cultura y sociedad de una comunidad originaria aymara. Fue en este pueblo que Carter a mí me impartió las primeras lecciones acerca de cómo debían encararse las investigaciones antropológicas.
Nuestra colaboración profesional siguió hasta el presente día, últimamente por medio de una serie de entrevistas grabadas entre los años 2002 y 2015 que indagaron la historia de la vida de Mamani. Los datos biográficos de este modo recopilados figuran prominentemente en mi contribución a una antología sobre los efectos de la globalización en las colaboraciones etnográficas internacionales, material que en el futuro espero ampliar en forma más detallada en un libro proyectado sobre las historias de vida y trayectorias ocupacionales de políticos/intelectuales aymaras.
El resultado más importante del estudio de Irpa Chico fue el libro intitulado Irpa Chico, Individuo y Comunidad en la Cultura Aymara (La Paz: Editorial Juventud. 1982) en el que Mamani y Carter figuran como coautores. A mi criterio, este libro -al presente lastimosamente agotado- sigue siendo la obra más completa sobre las relaciones sociales y sobre la cultura aymaras.
Después de profesionalizarse en antropología en la Pontificia Universidad Católica de Lima, Perú y en la Universidad Dashisha de Kyoto, Japón, Mauricio Mamani -ya en la calidad de investigador principal- colaboró con Carter en un estudio sobre los usos tradicionales de la hoja de coca. Este trabajo exhaustivo y minucioso desmiente rotundamente la identificación errónea de la coca con la cocaína, falacia que aún hace poco todavía prevalecía en la política antidroga de las Naciones Unidas. En conexión con este trabajo, Mamani ha sido nominado para el Premio Nobel de la Paz, y fue finalista en la correspondiente carrera para la recepción de este honor. Mauricio Mamani ha sido docente en varias universidades nacionales y extranjeras. Ocupó, además, puestos públicos importantes, llegando a ser Ministro de Asuntos Campesinos y Agropecuarios.
La investigación que subyace a Suri Awicha. La “Doncella” Andina ha sido efectuada con el mismo cuidado y con la misma atención a los detalles y a la contextualización climática, zoológica, cultural y social como los que se manifestaron en los anteriores trabajos mencionados. El estilo aplicado a lo largo de la obra que comentamos es accesible, evitando el argot profesional, por lo cual podría considerarse idónea en calidad de introducción a las prácticas y costumbres asociadas con la fauna, flora y biodiversidad andina hasta para el uso escolar. A la vez, Suri Awicha es una contribución de mucha importancia al conocimiento científico de un animal hasta la fecha aún poco estudiado…
El autor es profesor catedrático de Syracuse University, EEUU.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |