Guerra terrorista contra el mundo

Sería confuso decir que virtualmente estamos en los prolegómenos de una tercera guerra mundial, después del sangriento atentado contra París por parte del autodenominado Estado Islámico (EI). De lo que sí puede estarse seguro es que este grupo, impresionantemente violento y sangriento, está declarando una guerra al mundo civilizado.

Ha logrado hacerse de un territorio propio, de 40 mil kilómetros cuadrados, que supera la geografía de Bélgica. Por medio del terror desplazó a poblaciones enteras para apoderarse de territorios de Irak e Irán, en los que dispone de riqueza petrolera, que es con lo que se mantiene este presunto Estado.

Aparte, logró congregar a gente violenta virtualmente de todo el mundo, incluyendo de América Latina, hasta llegar a disponer de una fuerza de lucha suicida de más de 30.000 hombres.

Este contingente armado no acepta el entorno de este tiempo y, en su insólita condición de inadaptados, ha resuelto acabar con todo vestigio del mundo actual.

A propósito, el analista alemán Alexander Kudascheff asegura que en estos días se ha declarado un extraña “guerra asimétrica”, de un grupo de terroristas que quiere derrotar a la modernidad, valiéndose de una violencia indiscriminada. Estima que, ante este eventual derramamiento de sangre inocente, “debemos prepararnos para una lucha larga”.

En concreto, lo que pretendería el EI es que todos vivieran de la forma que ellos consideran correcta, la religiosa, inspirada en un distorsionado mahoismo. Este es el desafío real de la actualidad, hacerlo totalitariamente, no conciben otra forma de lograr su propósito, pues no les importa su propia inmolación.

De ahí la decisión de Francia y, en general, de la comunidad internacional, de acabar con estos afanes demenciales, antes que se cometan similares o peores atentados a los de París. Día antes, lo hicieron ya en la capital libanesa, con saldo de 40 muertos y más de un centenar de heridos, aparte de la destrucción de sitios céntricos de Beirut. Aunque esto pasó desapercibido para el resto del mundo.