Tras cinco días después de los atentados de París que dejó un saldo de 129 personas muertas y otras 352 heridas, la subdirección antiterrorista de la Policía judicial francesa, apoyada por una unidad de élite, militares y la brigada de investigación, lanzó una intensa operación en Saint-Denis, al norte de París, donde se atrincheraban varios terroristas supuestamente vinculados con los ataques. Según explicó el fiscal François Molins, al cargo de la investigación, “a la vista de su armamento, organización, estructura y determinación el comando iba a pasar a la acción”.
En la operación perdieron la vida dos terroristas, entre ellos una kamikaze que hizo explosionar un cinturón y hasta el momento hay ocho detenidos: siete hombres y una mujer.