Investigando los antecedentes en el programa Google de Internet sobre el fenómeno de “El Niño”, se sabe que la fase cálida en el océano Pacífico puede durar aproximadamente de 8 a 10 meses, considerando que el ciclo ENOS (que en inglés significa el fenómeno “El Niño” y la oscilación del sur) se produce con una frecuencia de retorno que dura entre 3 y 7 años e incluye una fase fría, “La Niña”, que aumenta las inundaciones.
Según EL DIARIO de La Paz (28/10/2015) y un periódico de Santa Cruz (16/9/2015), se conoce que el viceministro de Defensa Social, Oscar Cabrera, señaló que “Actualmente se trabaja en acciones de prevención en los municipios que serán afectados por el fenómeno de El Niño, por lo cual, actualmente se prepara un plan de contingencia conjuntamente con técnicos de los ministerios de Obras Públicas, Presidencia, Hacienda, Defensa, Salud, Educación, Agricultura, Medio Ambiente y Aguas”. Asimismo, El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) pronostica que por efectos del fenómeno de El Niño se originarán fuertes lluvias e inundaciones en 48 municipios de los departamentos de Beni, Santa Cruz, Cochabamba y La Paz.
Por otra parte y de acuerdo con las estadísticas hidrológicas sobre las inundaciones sucedidas en la región de Moxos, como consecuencia del funcionamiento de las presas Hidroeléctricas Jiraú y San Antonio, se muestra que el nivel de agua va creciendo en territorio boliviano, que debe preocuparnos porque grandes áreas podrían quedar bajo agua en forma permanente. Respecto a las causas de inundación del Oriente, se puede añadir que los ecosistemas acuáticos y terrestres están siendo afectados por los chaqueos y desbosques para habilitar áreas de cultivo, dejando suelos sin cubierta vegetal, incluso en áreas de reserva nacional, donde colonizadores del Chapare y otros aumentan la superficie de cultivo de coca.
De acuerdo con lo indicado anteriormente y con el objetivo de disminuir las inundaciones, se sugiere que en el plan de contingencia se incluya trabajos de dragado del cauce del río Beni y del río Mamoré para eliminar los obstáculos de troncas y cachuelas, incluyendo el nivel de sedimentos que aumentan su altura con materiales de arrastre, piedras, rocas y arena que son depositados a lo largo del cauce de los ríos. Por la velocidad de escurrimiento del agua, se podría eliminar y lograr el ensanche de las riberas y la profundización del cauce, que harían que la inundación sea menor en altura para favorecer a los habitantes de la región, recuperar gran parte del área de cultivos y dar seguridad a sus viviendas.
Según el estudio realizado por el Ingeniero Jorge Molina Carpio, en Brasil ya se preveía el aumento de inundaciones en nuestro territorio y el impacto ambiental que causarían las represas hidroeléctricas brasileñas en Bolivia, teniendo en cuenta que el desborde del agua en Puerto Manoa (Bolivia), se iniciaría cuando el nivel de operación en el embalse Jiraú (Brasil) llegara a la altura de 90 m., con posibilidades de anegar territorio boliviano (12/3/2012 elSistema.info). Asimismo, del estudio se puede asumir que la presa de almacenamiento Jiraú, con alturas variables, afectaría los niveles de agua y velocidad de los ríos Beni, Mamoré, Iténez y otros como el Río Grande, que causan daños en los departamentos de Cochabamba y Santa Cruz.
El autor es Ing. Civil, Ambientalista Certificado y ex miembro del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
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