Deshojando margaritas

Mi corresponsal periodística en el Palacio Real de la plaza Murillo dejó temporalmente sus importantes funciones por razones de salud, abandonando a todos mis lectores dos semanas, sin saber lo que estaba ocurriendo en ese lugar tan estratégico para el mundo occidental y oriental.

Debido a esa casual circunstancia, nos privamos de conocer las reacciones tan originales, o tal vez extravagantes de nuestro Presidente Vitalicio ante la irrumpida terrorista musulmana en París, capital cultural del mundo occidental y cristiano. Dándose cuenta de la trascendental posición del Gobernante de Orinoca en este conflicto mundial, Macacha abandonó su lecho del dolor y retornó a su trabajo periodístico de informar acerca de la posición boliviana frente a la escalada mundial del terrorismo musulmán.

Para tenerme mejor informado, la cholita cochabambina nacida en Quillacollo me anunció que acudiría a sus viejos archivos guardados cuidadosamente en una petaca escondida debajo de su cama, de donde extraje unos testimonios escritos que publican noticias referentes a la visita a nuestro país de un gobernante de Irán a La Paz (Bolivia), de los cuales se colige una profunda fraternidad, sobre todo en materia nuclear, de donde la cholita deduce que existe una gran amistad entre los gobernantes de ambos pueblos.

¿Qué intricado dilema tendrá que resolver en este momento, luego de que hace pocos días visitó al Presidente de Francia y a la canciller de Alemania, Ángela Merkel….? La buena cholita se agarró la cabeza, compadeciéndose por los terribles dilemas que debe resolver el hombre al que tanto admira. Sin ánimo de achicar los dilemas presidenciales, se fijó ella que al observar las actividades diarias de nuestro Presidente Vitalicio, él no muestra síntomas de dilemas ni conflictos interiores, sino que se lo ve tranquilo y feliz, haciendo referencias atrevidas acerca del supuesto lesbianismo de una de sus colaboradoras, respondiéndome la cholita que en la actualidad y hasta el mes de febrero del próximo año todo el país, y nosotros con él, nos pondremos a jugar deshojando margaritas para ver si éstas nos dicen sí o no.

Macacha, cuyo verdadero nombre es Margarita, me dijo: “No peque otra vez de ingenuo, compadrituy, en febrero la mayoría de las margaritas dirán que sí, y si no me cree, pregunte a los hombres sabios que conforman el Tribunal Supremo Electoral, los Tribunales Departamentales y el Tribunal Constitucional, se lo digo yo, que me llamo Margarita viuda de Racacha, aunque mi nombre profesional y periodístico es y será Macacha”.