Importancia histórica de Orinoca

La prueba mundial del Dakar, a la cual Bolivia está abonada, informó que será disputada nuevamente el próximo mes de enero, teniendo como escenario parcial a nuestros caminos, señalando a Orinoca como una de las metas.

Un murmullo universal corrió por todo el planeta, inquietando a geógrafos e historiadores que por vez primera se tropezaron con el nombre de tal histórica población boliviana.

Ajeno a las pruebas automovilísticas, desde que mi amigo Oscar Crespo Maurice las abandonó, probablemente no me habría enterado de la importancia histórica de la competencia anunciada, pero una vez más fue mi compañera, la cholita cochabambina Macacha, quien se encargó de trasladarme al mundo real de las noticias que verdaderamente importan al hombre actual.

La bambina cochabambina, corresponsal de esta columna periodística en el Palacio Real de la plaza Murillo, llegó emocionada a mi despacho y me anunció conmovida que Orinoca ya figura en la historia y geografía universales, lo cual no es poca cosa.

Mi comadre valluna me comunicó que a partir del anuncio oficial de que Orinoca será una meta intermedia en la prueba mundial del Dakar, un aluvión de llamadas cayó sobre el Palacio Real de nuestro Presidente Vitalicio, preguntando sobre el origen y la historia toda de Orinoca, emocionando a toda la población palaciega compuesta de ministros y viceministros y también “tirasacos y cariñosos jalabolas”. Cuenta la cholita cochala que en esa multitud de palaciegos emocionados escuchó decir que Orinoca “es el Belén de los tiempos revolucionarios porque allí nació quien nos salvará de las garras del imperialismo…”.

Cuando pregunté a la cholita cochabambina nacida en Quillacollo qué pensaba acerca de tanto fanatismo, respondió sobre Orinoca y su comparación con Belén. La cholita aún fascinada por Evo me dijo: “Orinoca no es lo mismo que Belén, pero son bastante parecidos por el número de ovejitas que pastan en sus caminos y en sus oficinas…”.

Volviendo al tema inicial de nuestra conversación, pregunté a mi colaboradora periodística su opinión acerca del próximo Dakar que recorrerá algunos de nuestros caminos y ella respondió con la ponderación que la caracteriza: “sé que para ser escenario de esa prueba mundial nuestro gobierno paga a los organizadores mucho dinero, pero así dará a nuestro pueblo por lo menos un mes de circo, durante el cual todos nosotros hablaremos solo da la famosa prueba y alentaremos a los competidores bolivianos”, olvidando que en febrero los actuales gobernantes prorrogarán su mandato por ilo tempore.

Mientras tanto, Macacha y yo nos abrazaremos otra vez festejando que Orinoca ya inscribió su nombre en los nuevos textos de geografía e historia. Para terminar, permitidme decir: “¡Viva Orinoca, la tierra que vio nacer a Evo!”.