Chile siempre ha rehuido hablar sobre el tema del mar

La demanda marítima boliviana ha logrado sacar de quicio al vecino araucano. En su desesperación asumió actitudes intimidatorias como aquellas relacionadas con el “Huracán 2015”. Parece que ha perdido la sindéresis.

En este marco, el director de una radio emisora chilena afirmó que Bolivia le ganaba “por goleada” a su país, en La Haya, en el tema marítimo.

“El gobierno (de Michelle Bachelet) no se da cuenta o no tiene tiempo para darse cuenta o no quiere darse cuenta que Bolivia nos está ganando por goleada (en La Haya). Acto tras acto, simpatía tras simpatía, eso es lo que está ocurriendo en favor de Bolivia”, manifestó el radialista (EL DIARIO, 17 de noviembre de 2015).

Y para la dictadura militar chilena, representada por Augusto Pinochet, Bolivia “era adversario de poca monta” (Véase “Guillermo Gutiérrez, “Cinco retratos de un hombre”, 1984, pág. 146).

Pero desde entonces a la fecha, las cosas han cambiado, para pesar de la elite castrense de la nación transandina. Y como también para los inquilinos coyunturales de la Moneda, cuyo vocero oficial, el canciller Heraldo Muñoz, no ha dejado de estilar su rabioso antibolivianismo, ahuyentando, de tal modo, toda inquietud tendente a construir puentes de entendimiento bilateral.

En democracia se dijo, además, que “las conversaciones entre Bolivia y Chile no incluirán la demanda boliviana de salida al mar con soberanía”. Estas declaraciones corresponden al canciller Alfredo Moreno y se difundieron el 24 de diciembre de 2013.

He ahí la cicatería ratificada, hace más o menos dos años, por el jefe de la diplomacia transandina. Él, con sus afirmaciones, ha descartado, en la práctica, la posibilidad de incluir la demanda marítima en futuras conversaciones boliviano – chilenas.

Chile, por lo visto, siempre ha rehuido hablar sobre el centenario conflicto, argumentando que no existe problema pendiente con Bolivia, desde la suscripción del Tratado de 1904. Con esta argucia pretende perpetuar el encierro geográfico provocado por la invasión de 1879.

“Para una nación, el medio más seguro de correr al desastre es el de ser rica, estar contenta de sí misma y desarmada”, afirmó Teodoro Roosevelt, hace aproximadamente 98 años. La versión está inserta en su libro “El deber de América ante la Nueva Europa”, publicado por Editorial Cervantes de España y Editorial Tor de Buenos Aires, el año 1917. Véase la página 139.

Una situación similar atravesaba Bolivia en circunstancias que las tropas chilenas incursionaron a nuestro territorio costero, al correr el Siglo XIX, para apoderarse de 400 kilómetros de costa y 158.000 kilómetros cuadrados de territorio, en el marco de la consigna impartida por la oligarquía transandina. El Litoral boliviano rico en recursos naturales, renovables y no renovables, pero el país, entonces, no estaba en la capacidad de contrarrestar el poderío bélico anglo – chileno. En consecuencia esas fuerzas externas nos avasallaron, nos despojaron territorio y nos enclaustraron, hasta el momento.

En suma: ojalá Chile reconozca que Bolivia le gana “por goleada” en La Haya.