El papa Francisco busca llevar un mensaje de paz y esperanza a África en la visita que emprende hoy a Kenya, Uganda y República Centroafricana (RCA), y se constituirá en su visita más complicada ante el nivel de alerta por posibles atentados.
Kenya y Uganda, que suministran un contingente militar a la Amisom (fuerza de la Unión Africana en Somalia), son blanco privilegiado de los islamistas somalíes Al-Shabaab, aliados de Al-Qaeda. Por eso, los gobiernos de ambos países anunciaron el despliegue de unos 10.000 policías en Nairobi y Kampala, las dos capitales donde el Papa celebrará sendas misas gigantes al aire libre.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) anunció que 300 cascos azules asentados en Costa de Marfil serán enviados a República Centroafricana, en apoyo a los 12.000 integrantes de la Minusca (misión de la ONU en República Centroafricana), encargada de la seguridad de la visita papal.