El papa Francisco pidió ayer acabar con “la arrogancia de los hombres, que hieren o degradan a las mujeres, y ponen en peligro la vida de los inocentes aún no nacidos”, al ensalzar el valor de la familia como base de la sociedad.
Durante una misa oficiada en la Universidad de Nairobi, el pontífice abogó por “defender la dignidad de cada hombre y mujer” y conminó a “recibir a los niños como una bendición para nuestro mundo”, pues todos son parte de “la única familia humana”.
Asimismo, hizo un llamado para “estar cerca de todos los que pasan necesidad” y que las familias cristianas deben preocuparse de los demás.