La ciudadanía no acierta a explicarse cómo puede darse semejante caso de corrupción a nivel de dirigentes de organizaciones campesinas, porque se tocó fondos de ayuda a indígenas del país. Hay que hacer notar que por primera vez se tomaba en serio proyectos de desarrollo para mejorar las condiciones de vida en el campo, a los cuales tenían acceso los dirigentes campesinos.
Lastimosamente, estos fondos fueron desviados de sus verdaderos fines y fueron a parar a cuentas particulares. El principal objetivo del Fondo Indígena era mejorar las condiciones de las labores del campo, como el sembrado de hortalizas, frutales y otros en valles como Sapahaqui, Luribay y la provincia Inquisivi, así como el mejoramiento de la producción de trigo.
Los camélidos como alpacas, vicuñas o llamas, que constituyen un 36% en Sudamérica, precisan proyectos para producir lanas o fibras. Al agricultor hay que darle un buen material de siembra, con semillas de calidad. En el campo hay que impulsar la producción de quinua, papa, hortalizas, verduras y legumbres o buscar financiamiento para carpas solares para una producción segura.
Proyectos para siembra de forraje, construcción de pozos de agua, de establos de ganadería deben ser orientados por ingenieros agrónomos o profesionales conocedores del tema para guiar a los comunarios de la zona o región. Sin embargo, algunos dirigentes campesinos e indígenas presentaron proyectos sin estudios preliminares, pidiendo financiamiento inmediato, que una vez desembolsados no fueron bien empleados, constituyendo finalmente el grupo de proyectos fantasmas.
Por este accionar inescrupuloso, indigno, las bases indígenas y campesinas clamaban un ajuste de cuentas, por aparecer dirigentes de la noche a la mañana ricos, sin trabajo honrado. Pese a este cuadro de corrupción, que el Fondo Indígena no sea anulado, ya que el único perjudicado sería el sector campesino.
Sería conveniente reorganizar el Fondioc con la participación de personeros del Banco Central y del Ministerio de Economía, que serían integrantes del control del movimiento financiero, a los cuales deberán agregarse dos miembros nombrados por el Gobierno.
Este hecho de corrupción caló muy hondo en la clase trabajadora, por lo que la justicia deberá tratar de recuperar los fondos que fueron sonsacados. Hasta donde se ha llegado en la investigación, dos proyectos equivalentes a 1.440 millones de bolivianos dieron lugar a desvío de fondos, sin ejecución de los proyectos.
El sector indígena y campesinado pobre ve con impotencia cómo a título de dirigentes, éstos disponen de ingentes sumas de dinero, sin beneficiar a sus comunidades, que siguen con la postergación y pobreza. Es hora de poner coto al despilfarro de fondos, hecho que posterga el desarrollo y progreso de nuestro país.
El autor es Profesor Emérito y ex Decano de Odontología UMSA.
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