Al culminar su misión diplomática en Bolivia, Mirlo Guerra, de la Embajada de Panamá viene recibiendo una serie de manifestaciones de afecto de colegas y otras amistades que cultivó durante casi siete años en nuestro país.
Fue así que un grupo de colegas de diversos países le preparó una fiesta sorpresa, en la residencia británica.
La agasajada quedó gratamente complacida con todos los detalles preparados para la ocasión. Desde el decorado del salón que llevaba los colores de la tricolor panameña. Pero más divertida fue la hora loca, en la que la diplomática panameña desplegó su talento en danzas típicas de su país y puso a bailar a todo el salón.
La fiesta se prolongó por varias horas en medio de baile y un grato momento, por la cálida acogida del anfitrión.