Carretera a Cochabamba con esperanza de conclusión

Un viejo y anhelado proyecto caminero, la carretera La Paz–Cochabamba de aproximadamente 420 kilómetros de extensión, iniciada por los ex-prefectos de La Paz y Cochabamba antes del año 2006, tiende a ser realidad porque parece que han sido despejadas las inquinas político-partidistas que dejaron pospuesta la continuación y conclusión de tan importante vía caminera que prestará grandes beneficios al país, por ser una ruta que funcione paralelamente con la antigua carretera y crearía avances sociales y económicos en todos los distritos por los que pase.

Los avances logrados son importantes y significarían un 65% de todo el proyecto; son tramos que pasan por Valencia-Huaricana; Punku-Esquina-Tirata hasta Luribay. Los puentes construidos están en Palomar 1 y 2, Huayhuasi, Huaricana y otros como Sorasora-Luribay-Araca. El propósito de esta carretera es descongestionar el transporte entre los dos departamentos, beneficiando el tráfico de productos alimenticios y, además, modernizar núcleos poblacionales y crear nuevas fuentes de producción de frutas, hortalizas, tubérculos, etc.

Los proyectos originales incluían el asfalto de toda la carretera; pero, por el tiempo transcurrido, seguramente que el camino, al menos inicialmente, será sólo ripiado. Lo que corresponde, pues, es asignar un presupuesto que permita la conclusión de tan importante vía que prestará servicios a los dos departamentos y, en última instancia, podría servir para acortar el comercio hacia puertos del Pacífico, especialmente Ilo.

Toda la región de Río Abajo de La Paz se beneficiaría con esta ruta y al contar con puentes se habilitaría muchas tierras porque las aguas del río serían canalizadas. La vía pasaría, además, por poblados muy importantes como Araca, Quime, Inquisivi e Independencia. Por supuesto, la vía no pasaría por El Alto ni Caracollo.

Vertebrar el país con nuevas carreteras y modernizar las que actualmente existen son propósitos expresados por el Gobierno; pero como siempre ha ocurrido en el país, la carencia de los presupuestos necesarios impide que todos los proyectos se hagan realidad. Por todo ello, el Gobierno, haciendo honor a lo que siempre sostiene: “existen los recursos necesarios para las grandes obras”, que haga realidad, en el menor tiempo, la construcción y conclusión del nuevo camino La Paz–Cochabamba.

Finalmente, hay que convenir en que esta ruta contribuiría mucho a mejorar y ampliar las rutas existentes hasta Quime, Araca, Inquisivi y otras regiones que tienen grandes perspectivas de ser centros de cultivo de alimentos y bosques que provean de ricas maderas; otro de los objetivos, inmediatos y a largo plazo, es la creación de empleo, especialmente mediante el retorno de campesinos que por razones económicas abandonaron sus predios en toda esa región por la que pasa el camino.