La reforma del Art. 168 de la CPE para favorecer la “re-re-reelección” de Evo Morales y Álvaro García Linera, desentona la jurisprudencia. Por ello ofende al sentido común el sainete chapucero de que ella es un “mandato del pueblo”, que advierte una estrategia (política) sobre la genuflexión de algunos jenízaros que a guisa de “dirigentes”, afines al régimen, se arrogan la titularidad del “pueblo”. Si bien la Conalcam, constructo hueco ideológicamente, en sus inicios “aprovechó” la situación de desventaja de los indígenas que por años han sido postergados por partidos tradicionales. Y que ahora con el régimen indianista no ha cambiado, paradójicamente los sustituyó con “neo y para-indígenas” horadando (con la corrupción) al Poder. Es más, esta anomia (caza de “altos dirigentes” por el caso Fondioc, al parecer busca “tonificar” la re-re-re) pretende mantener intereses políticos y económicos de grupos familiares y de casta.
En la línea de trabajo de Louis Althusser, los jenízaros se presentan como “dirigentes” para forzar un imaginario o fase del espejo: socialismo comunitario, con acciones casi-represivas y antidemocráticas. Ernesto Laclau, en términos “modernos”, connota que los jenízaros, astutamente, confunden a la “plebe” (con bajo nivel educativo), para forzar su “apoyo” a cambio de migajas (bonos, dobles aguinaldos), desvirtúan la Lucha de Clases, motor de la revolución, e ingenuos, deliberadamente ignoran las condiciones materiales para generar un desarrollo. Los jenízaros, o tropas/soldados tienen la (principal) misión de inventar culpables y conspiraciones, mentir, meter miedo, mantener al caudillo con el objeto de preservar sus intereses y prebendas de casta. Por ello, cual guardia pretoriana, muestra su genuflexión ante el Poder.
La reforma del artículo en cuestión -si ganara el Sí- no garantiza la re-re-re, es más -por favorecer a dos personas- el MAS está “jugando con fuego”, supeditándose a jenízaros. Bien podrían en un destello de honestidad, respetar la CPE y presentarse a las elecciones (2019) con otros candidatos, manteniendo el “modelo” (que dicen fue exitoso). Esta tregua sería un rasgo de consecuencia, además que es su deber, podría ser una herramienta de valoración, para que el pueblo tenga la oportunidad democrática de decidir en 2024. Sin embargo, la política de la insensatez; la tozudez de los jenízaros por un “mea-culpa” de que en diez años no resolvieron necesidades cruciales: salud, trabajo, educación. De hecho, los jenízaros tienen la obligación de ser coherentes con sus propuestas de cambio y renunciar a sus “privilegios”.
Los jenízaros no advierten que la reforma del Art. 168 y las elecciones de 2019 son dos hechos diferentes. Parafraseando a Franklin Paredes (destacado politólogo), hay un 40% de jenízaros (voto duro del MAS) que apoyan a Morales Aima: lo haga bien o mal. En similar contexto, un 30% de jenízaros (voto duro opositor) lo apoyan pese a sus “chambonadas”. En consecuencia, los (dirigentes) jenízaros de ambos bandos pugnarán “sin ningún miedo” -como lo repite el presidente Morales- para lograr su objetivo político. En consecuencia, el -otro- 30% (voto no jenízaro) tiene su responsabilidad: decidir por el NO o el Sí. Sea cual fuere el resultado, nuevamente ese 30% tiene la responsabilidad, en las elecciones de 2019 de apoyar a un candidato cuyo gobierno se ocupe de las necesidades del pueblo, sin distraer con mega obras intrascendentes. Es decir, elegir un mejor futuro de desarrollo y de paz.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |