Declinación de la economía

Los datos económicos que ha estado publicando EL DIARIO en los últimos días demuestran que existe una alarmante declinación en este sector vital de la vida nacional. En buenos términos, se podría decir que si no fuera por el gas natural que exporta el país, se estaría de vuelta a los años 80-90 del siglo pasado.

En contraste, no se advierte que por el gasto fiscal se adopte una serie de medidas de austeridad, de manera de buscar algún acercamiento al equilibrio con aquella realidad. Continúa el derroche de los cada vez menores ingresos nacionales.

El recurso fácil, pero inconveniente para el futuro económico del país, es apelar a los créditos. De una parte, los organismos financieros internacionales actúan más como usureros que como coadyuvadores del mejor manejo de los ingresos nacionales. Ofrecen créditos sin la racionalidad que el caso aconseja y, obviamente, los gobiernos reciben esos recursos como si no fueran una carga para las futuras generaciones.

De otra parte, con toda facilidad y la mayor irracionalidad, se apela a créditos externos, como si fueran lluvia generosa de los cielos. Se ha buscado una explicación falaz para justificar ese afán de endeudamiento, diciendo que la capacidad económica es favorable, que se tiene amplios márgenes para seguirse prestando, poco menos como si fueran burbujas del hechizo de los números ficticios y no de las realidades concretas.

En el caso de la minería que, desde hace siglos, sigue siendo la fuente principal de los ingresos bolivianos, en 2015 los precios de zinc, plomo, estaño e incluso del oro, han descendido en el 28%, siendo el caso más pronunciado el de la plata (47%).

La situación es más ilustrativa cuando se establece que respecto al último quinquenio, en promedio general, los ingresos de la minería cayeron en el 50%. En particular, el de la plata descendió el 70% y del estaño en el 57%.

Los expertos señalan también que, de acuerdo con la Memoria de Impuestos Nacionales de 2014 y el ranking de 2015, las cuatro empresas mineras privadas (San Cristóbal, Manquiri, Sinchi Huayra y Pan American Silver), que operan con inversión extranjera, han perdido este año posiciones entre las 250 empresas más grandes del mundo y las 100 mayores en pago de impuestos. Los perjuicios mayores de estos descensos afectan a los ingresos de las gobernaciones y municipios de Potosí, Oruro y en menor medida de La Paz.

Por último, es necesario tener en cuenta los informes de organismos y expertos internacionales sobre las perspectivas de los precios de las materias primas. Sostienen que no es apenas una borrasca pasajera, sino que, en todo caso, se extenderá a un período más o menos prolongado y que los países productores deben afrontar la realidad de que están frente a una recesión inclemente.

Una experta de Harvard aportó datos más concretos. Si la desaceleración de China continúa (considera que hay muchos indicios en esa dirección), es muy probable que la crisis de los productos básicos se profundice, porque ninguna otra economía del mundo tiene capacidad para reanimar la demanda internacional.