Los titulares de la prensa de las dos últimas semanas se refieren a la tragedia que significa la casi total extinción del lago Poopó, lo que se ilustra con fotografías que muestran que lo que hasta hace un año era un hermoso espejo de agua, se encuentra reducido prácticamente a dos charcos de agua en la planicie del altiplano.
Frente a los múltiples reclamos ante el Gobernador del Departamento, primero, se encogió de hombros y declaró que era un hecho transitorio que se resolvería en la presente estación de lluvias, luego ante la múltiple presión de la población, decidió hacer una inspección, para lo cual hizo un sobrevuelo en un avión proporcionado por la FAB, esto es, decidió ver el problema desde el aire, seguramente no quería ensuciarse los zapatos. ¡Hermoso ejemplo!
Pero, anécdota aparte, el problema es muy serio y tiene que encararse alguna solución, si es que ella es posible, en esta etapa del problema.
El fenómeno tiene antecedentes históricos, se remonta a la historia del lago Minchín que, gradualmente, fue perdiendo agua, para dejarnos dos legados: uno, el salar de Uyuni y otro el lago Poopó que parece correr la misma suerte, lo cual en la actualidad es un tragedia física y humana, porque con él desaparecerá la nación de los Urus. El Estado plurinacional se reducirá a 35 naciones.
El problema actual generó preocupación en los últimos 10 años, y por ello la Unión Europea proporcionó 14 millones de euros para trabajar en medidas de remediación con el “Programa Cuenca Poopó”. Fuentes adecuadamente informadas señalan que esos recursos fueron usados en tareas ajenas al objetivo para el cual fueron otorgados.
Con la solvencia técnica que lo caracteriza, el Ing. Antonio Bazoberry, en un breve análisis (EL DIARIO, diciembre 19) considera que uno de los problemas que ha contribuido a la virtual desaparición del Poopó es la construcción de la presa en la desembocadura del lago Titicaca, el cual alimentaba el río Desaguadero, principal afluente del Poopó. Esta obra fue parte del convenio binacional Bolivia-Perú “Lago Titicaca – Desaguadero - Poopó”. Este proyecto no hizo la parte complementaria que era el dragado del Desaguadero, para evitar el desborde de estas aguas antes de su llegada al Poopó, aquí existiría una responsabilidad administrativa del representante de nuestra cancillería, que debía ser el encargado de velar por el cumplimiento del convenio.
A lo anterior, hay que añadir otros aspectos técnicos, desvío de las aguas del Desaguadero para riego, así como desvío de otros pequeños afluentes con este mismo propósito.
Tal vez esta es una simple hipótesis, la contaminación ácida proveniente de los deshechos mineros sobre el agua ha contribuido a aumentar la temperatura del agua y la consiguiente evaporación, añadiendo otro factor para el desecado.
Pero es probable que aún se pueda tomar algunas medidas de remediación para, cuando menos, lograr una parcial recuperación del lago, para lo cual lo aconsejable sería conformar un Grupo Interdisciplinario de Emergencia, donde participen la UTO, la UMSA mediante su Instituto de Recursos Hídricos, otros organismos especializados que definan las acciones necesarias y determinen el presupuesto requerido para un tiempo que se considere para el propósito de recuperación del lago.
La preservación de este importante reservorio de agua en el altiplano central es una tarea de impostergable necesidad, para evitar un proceso de desertificación muy peligroso para toda esa región.
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