El secretario General de la Conferencia Episcopal Boliviana, monseñor Aurelio Pesoa, invocó a la sociedad boliviana, recibir la Navidad con el perdón y paz entre todos, para lograr mejores días.
En esta Navidad es importante hacer conciencia de que lo más importante es vivir en solidaridad, compartir el amor y el dolor, a luchar por la paz y abolir la violencia.
“El mensaje de paz debe llegar a todos los bolivianos, que el Jesús que nace en los hogares las mentes y corazones de los creyentes, traiga la paz que necesitamos a nuestro país. Esa paz que significa que haya justicia, equidad, ese Dios que inspira los sentimientos, de todas las personas de Bolivia”.
El mensaje es propicio para acrecentar la paz, la unidad y el valor del ser humano. Bolivia es un país en donde la mayoría de sus habitantes profesa una auténtica fe religiosa. Por ello, dijo monseñor Pesoa, “ese Dios que inspira los sentimientos de todas las personas derrame las bendiciones sobre todas la familias bolivianas, hombres y mujeres de buena voluntad, creamos en lo que nos impulsa para tener una vida más humana”.
Consideró que la Navidad es aún una fiesta espiritual. Una festividad que se celebra con preparación previa al tiempo litúrgico (Adviento). La Iglesia destaca que a través de la Palabra de Dios, la oración intensa y la vida sacramental, como propuestas de Aviento, se van suscitando cambios en el corazón de las personas que han decidido buscar a Dios con sinceridad. “Además, se da el cambio de concepciones y costumbres egoístas, haciendo que se desarrolle en el corazón de los fieles un profundo sentido de solidaridad con el prójimo”.
La Iglesia valora que el amor que Jesús pide será medido por el amor de servicio que se tenga con el prójimo. “El prójimo es todo aquel que está delante de uno y que tiene necesidad, sin importar si es pariente o extraño; de que sea agradable o no; aunque se crea que es digno o no de ser ayudado”, expresa la Iglesia Católica.
“El amor que Cristo pide no tiene límites; no se agota; ni rechaza la suciedad y la miseria”, añade.
El nacimiento de Jesús es un evento único, inspirado en el infinito amor de Dios al mundo. “Es el mismo Dios que envía a su único hijo para que se encarne en el seno virginal de María y sea el Salvador de toda la humanidad esclavizada por el pecado”.
Según la Iglesia, solo pueden captar el amor, la paz y el gozo de la Navidad aquellos que creen en Jesús y que le buscan con sincero corazón.
Este sentido espiritual sólo lo perciben quienes, como la Virgen María y San José, han ofrendado su vida para dar un sentido profundo a su existencia, su deseo de conocer la verdad, que es Dios mismo.
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