• Informes internacionales “dan por desertificación del lago desde el 16 de diciembre de 2015”
Oruro, (EL DIARIO).- Tres torrenciales lluvias que se registraron en Oruro, desde el 16 de diciembre de 2015 hasta la fecha, no han podido lograr la recuperación del agua del Lago Poopó, tal como estaba esperando el gobernador del departamento, Víctor Hugo Vásquez.
Han pasado 10 días, desde la declaración oficial de la desaparición del lago y se han registrado tres torrenciales lluvias, pero ninguna ha dado buena señal para lograr la recuperación del espejo de agua que servía para la vida de millones de peces y flamencos. En la ciudad llueve fuerte, se inundan las calles, pero no en el lago.
El río Desaguadero está seco. No hay agua que ingrese al lago. Por el puente Aroma y Lacajahuira no corre agua. Solamente se puede apreciar una pequeña hilera de agua en el Puente Español, en la zona Sur de la ciudad de Oruro, que ingresa al lago Uru Uru.
La última vez que hubo torrenciales lluvias se registró el 22 de febrero de 2012 y que provocó desbordes en el río Desaguadero, provocando afectaciones a El Choro, Caracollo, Toledo, Pazña y Machacamarca. Defensa Civil verificó el desborde del río Desaguadero.
DESAPARECIÓ EL LAGO POOPO
Según el informe de la página oficial de Wikipedia, “el lago Poopó fue un lago de agua salada, el segundo más grande de Bolivia, después del lago Titicaca, ambos estaban conectados por el río Desaguadero. De los lagos ubicados exclusivamente en territorio boliviano fue el de mayor tamaño. El 16 de diciembre de 2015 desapareció tras un acelerado proceso de desertificación”.
El docente e investigador de la Universidad Técnica de Oruro, Gerardo Zamora, advirtió que, una de las medidas más urgentes que se debe aplicar es “establecer el efecto de lo que es la compuerta del río Desaguadero” que se ha construido para el desvío de las aguas hacia Perú y “cuánta agua desemboca desde ese punto hacia el Poopó”.
Dijo que aquella compuerta construida en el río Desaguadero, “fue hecha para beneficio peruano y no así para el boliviano”. Ese hecho, junto con el incremento de las temperaturas, la disminución de las precipitaciones, la sedimentación de minerales desde la mina Huanuni, ha acelerado la desaparición del lago Poopó.
GOBERNADOR PIDIÓ NO PREOCUPARSE
El gobernador autónomo del departamento de Oruro, Víctor Hugo Vásquez, desde el 13 hasta el 16 de diciembre de 2015, dijo varias veces a los periodistas que la desaparición del lago Poopó, “no debe ser de preocupación”, porque “dependemos de las lluvias y cuando llueva se volverá a llenar con agua y se reactivará el lago”.
El 15 de diciembre de 2015, durante una inspección del lago, mediante un sobrevuelo, admitió que el lago “está seco” y “no hay agua” y “ha desaparecido el lago Poopó”.
La desaparición del lago, sin embargo, fue anunciado por la muerte de millones de peces el 18 de noviembre de 2014, un año antes. Incluso, la Asamblea Legislativa Departamental de Oruro aprobó el 23 de diciembre, una Ley de Declaración de Emergencia Departamental y Zona de Desastre al lago Poopó.
Desde aquel acontecimiento, “nadie le prestó mayor atención a ese hecho”. Los asambleístas le atribuyeron el hecho a “un fenómeno de la naturaleza”, pero nadie se preocupó de encontrar respuestas a ese fenómeno y, después de un año, de un incesante reclamo de los pescadores, para recuperar el lago, se confirmó la sequía completa del lago, el segundo más grande de Bolivia.
MUERTE DE PECES
La muerte del lago fue anunciada por la muerte de los millones de peces que fueron expulsados del agua. Millones de ejemplares de pejerrey de todo tamaño y flamencos aparecieron muertos a la orilla del lago. Días después, se movilizaron efectivos militares a ese lugar, para enterrar los peces y otros animales.
El 23 de abril de 2015, el docente investigador de la Universidad Técnica de Oruro, Felipe Coronado, advirtió que la muerte de los millones de peces es una señal de un desastre que se avecina y por eso, sugirió que el lago Poopó “requiere de un plan de contingencia a corto plazo”.
Dijo: “Es importante llevar adelante la remediación del Lago Poopó, que demorará años, pero es necesario tener un plan de contingencia a corto plazo, para ayudar al lago de forma rápida”.
Dijo que durante jornadas académicas sobre el lago, “se pudo identificar estudios que se hicieron para la remediación del lago, pero lamentablemente solo se quedaron en estudios y no se aplicaron”.
Advirtió que el programa Cuenca Poopó de la Gobernación, que tuvo 14 millones de euros para invertir en cinco años, “no realizó proyectos macros que remedien la situación del lago Poopó”.
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