La noticia de perfil
En el calendario bíblico abreviado, mañana recordaremos la matanza de los niños inocentes, ordenada por el rey Herodes, de todas las “guaguachas” recién nacidas en Judea, para así librarse de un niño que, según las Escrituras, sería el Mesías prometido al pueblo judío.
Después de ese breve repaso histórico… la cholita cochabambina que me colabora en mis tareas periodísticas me abrazó jubilosamente y besó en una de mis mejillas, proclamándome “inocente y hermoso”, cual dice la letra de nuestro Himno Nacional. Lo cual me hizo ruborizar, pues tales cualidades las perdí hace muchos lustros.
Poniéndonos serios, le confesé a la inquieta reportera que me sentía dichoso al considerar que, como todos los días, el Día de los Santos Inocentes ella estaría en el Palacio Real de la plaza Murillo alternando con el Presidente Vitalicio, el “inocentón” Alvarito García Linera, sus inocentes ministros y viceministros que suman más de un centenar… y los más prominentes legisladores oficialistas.
La cholita valluna se estremeció al hacer un breve recuento de los inocentes que podrían estar mañana en el Palacio Real sin sospechar que sigue vigente la ley de Herodes que manda degollar a los santos inocentes.
Cuando Macacha se dio cuenta de que habíamos exagerado mucho al considerarlos santos e inocentes y que podrían ser degollados por Herodes, la cholita recapacitó y poniendo carita de seria me manifestó: “La verdad, jefecito, es que yo no le garantizo la inocencia de toda la población palaciega, pues muchos tienen caras de pícaros y más de uno me ha invitado a bailar cualquier noche, lo cual me ha llevado a creer que solamente Evo no merece ser entregado a Herodes”.
Esa declaración de la bambina cochabambina confirmó el sentimiento amistoso de Macacha a favor del Presidente sempiterno, algo que yo había advertido hace mucho tiempo gracias a mi natural astucia de viejo lobo de mar (y de bar), pero me pareció una exageración sentimental el colocar al “hombre de Orinoca” entre los santos inocentes que Herodes ordenó degollar, y así se lo dije a mi corresponsal en el Palacio Real de la plaza Murillo.
Sin embargo, la inteligente cochabambina nacida en Quillacollo me propuso una fórmula intermedia, en la cual el mandamás Evito no figura entre los santos inocentes cuya fiesta es mañana, pero tampoco estaré yo, porque ella se dio cuenta desde un principio que la quiero conquistar para derrochar juntos la fortuna que le legó don Nemesio, que en paz descanse.
Conclusión: Parece que en nuestro infortunado país no abundan los inocentes y ninguno de éstos trabaja en el Palacio Real de la plaza Murillo, desmintiéndose así el vago rumor de que habría algún ministro complicado en el bullado asunto del Fondo Indígena.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |