Muy conocido entre los arquitectos, en especial entre los restauradores de casas coloniales y republicanas don Alfonso Mamani Calle, El Maestro, se ganó el respeto de los profesionales debido a la calidad en sus obras y el acabado de las mismas, buscando que las reemplazadas sean como las originales y de ahí su éxito en la construcción.
Se codeó y trabaja con los mejores arquitectos de la ciudad de La Paz, en obras complicadas de mejorar, pero que logra su objetivo con mucha paciencia y creatividad, dejando satisfechos a los profesionales y hoy se arrepiente el no haber estudiado arquitectura “Hubiese enseñado en la universidad, la práctica en obra”, señala a tiempo que Metro Cuadrado lo entrevista en su cumpleaños número 72.
“Comencé mi labor durante 15 años en la iglesia de San Francisco, donde hicimos la restauración. Teníamos que mantener los colores y formas de la construcción a cargo de los arquitectos. A mi cargo estuvieron 15 maestros y 15 ayudantes.
Hicimos obras con el arquitecto Ricardo Pérez Alcalá, aprendí mucho de él…entre chiste y chiste me enseñó; él me decía “mi perro hace con su cola esa obra…es fácil”, era chistoso y bien le entendía. Era muy buena gente. Conocí también a arquitectos como: Octavio Méndez, Eddy Bravo, Carlos Ormachea, Jimmy Ledezma, Patricia Vásquez y otros que no recuerdo en este momento”.
LA OBRA MÁS IMPORTANTE
Entre las obras que marcaron su trayectoria, fueron la restauración de San Francisco, hotel La Casona, hostal Pancaira, ubicado entre la Yanacocha e Indaburo.
Según Mamani, las obras que encara no son nada fáciles, debido a que hay que respetar lo que hicieron los antepasados y para ellos hay que tratar de pensar como ellos.
“Hay que buscar el material, no hay mucho en el mercado, caso contrario mandamos a hacer con ladrilleros. Para los techos conseguimos las cañahuecas, porque se puede conseguir. Es necesario Cal, Ladrillo, Arena, Piedra Comanche, Pan de Azúcar de Viacha que es el mismo de la iglesia de San Francisco (traen del cerro Letania) es en el único lugar donde picapiedrean, por ejemplo todas la aceras de piedra y los adoquines de la ciudad de La Paz vienen de ahí y también de Comanche. Esto es muy valioso y apreciado en la construcción, aquí lo sacan o lo tapan con asfalto, cuando deberían mantenerlo…es un lujo tener ese material, en muchos países han vuelto a la piedra en las calles”.
Agrega que la piedra Comanche es ideal para los pisos, hermoso por sus colores y textura que tiene, También la piedra Patacamaya, parecido al Comanche. La piedra Tarija para las fuentes de agua, no sirve para construcción.
“Por ejemplo para colocar el mismo material hacemos cortar el cuero de vaca, remojamos en agua con sal para los amarres de la cañahueca y la cal se utiliza para el mortero, cimientos, revoques agarra como chicle. Incluso los techos deben llevar cal, el cemento se raja, además quiebra las tejas, en cambio la cal lo mantiene.
No tenemos herramientas especiales, para algunos casos si como azuelas para la madera, especialmente para tratar los techos y puertas coloniales, donde también colocamos clavos de cabeza cuadradas, hechas por los herreros” asevera Alfonso cuando habla de lo que le gusta hacer, restauraciones.
Reconoce que restaurar toma mucho tiempo, porque es una labor la detalle, se tiene que buscar las piedras similar a las originales, ladrillos “Hay que buscar y algunos maestros albañiles no tienen paciencia, se escapan de la obra, no les gusta, para esto uno tiene que ser un verdadero artesano, porque algunos albañiles quieren planchar rectitos y no les gusta esta labor de restauración”.
SUEÑOS
Cuando le preguntamos de cómo se metió en las restauraciones Alfonso, dijo que comenzó haciendo arcos de piedra y donde descubrió su habilidad para realizar trabajos en casa coloniales y republicanas “el arquitecto Pérez Alcalá, me enseñó a dibujar incluso los ojos de buey, con hilo se hace y no con compas, sacaba perfecto.
Cuando tengo una obra complicada, en la noche sueño, los sueños ayudan. Cuando no puedo encarar alguna obra muy complicada, en el sueño los resuelvo…eso me pasa.
SE GANA DINERO
Admite que a veces se gana dinero en otras no “Mucho tiempo demanda, porque se tiene que buscar el material y colocar uno por uno, no es la cantidad sino la calidad. Pero este sacrificio es compensado porque mis nietos están siguiendo el camino, pero de manera profesional, uno de ellos es arquitecto.
A mis 72 años de vida, comencé mi vida de albañil en 1962, casi estoy 53 años en vigencia y aún puedo trepar techos, aunque me caí varias veces y tengo clavos en el brazo, fue en una obra de San Francisco, luego en La Casona, pero nada grave “hubiese muerto” y más bien me agarre la cabeza y fue el brazo…con suerte.
ANÉCDOTAS
Cuenta que durante una entrada universitaria y estaban tomando en una obra, cuando estaba yendo a cambiarme de ropa en un rincón de la casa le apareció una señora y se sentó en las gradas, “Era una almita, que siempre hay en estas casas coloniales. Luego tomé dos vasos más para darle valor, pero esta vez apareció un hombre y luego no había nada, era un fantasma y el miedo me quitó la borrachera y sin cambiarme me fui a la mi casa. Otra también fue cuando estuvieron discutiendo los arquitectos y se cayó una viga de manera repentina, como diciendo cállense, vimos ataúdes…yo creo en esta cosas”.
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