Brasilia.- El Gobierno brasileño decidió ayer pagar, antes de finalizar el año, las deudas con los bancos públicos, una morosidad que el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) consideró como maquillaje del informe contable del Ejecutivo y dio pie para un posible juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff.
El secretario interino del Tesoro Nacional, Otávio Ladeira, indicó ayer en la capital brasileña que los pasivos se pagarán con recursos de las reservas internacionales del país y una parte menor, como la referente al estatal Banco do Brasil, con la emisión de nuevos títulos públicos.
Se calcula que el Gobierno debe unos 57.000 millones de reales (unos 14.763 millones de dólares) a los bancos públicos, los que sin recibir esa cantidad honraron compromisos del Ejecutivo, en especial con programas sociales, lo que fue entendido por el Tribunal de Cuentas como un “maquillaje fiscal” y por eso rechazó el informe contable.
La maniobra permitió que el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, aceptara el inicio de un proceso para dar vía libre o no un juicio político con fines de destitución contra Rousseff.
Para tomar la decisión de efectuar el pago esta misma semana pesó el hecho de que el Banco Central deberá incluir esas deudas en la contabilidad de este año. (EFE)