En el Dakar, la delegación holandesa, la segunda nacionalidad con más competidores, se impone a nivel cuantitativo, pero también cualitativo. Gerard De Rooy, heredero de una larga tradición en camiones se imponía en 2012 y busca repetir la proeza, mientras que en la categoría coches, Erik van Loon (4º) y Bernhard ten Brinke (7º) lograban figurar entre los diez primeros el año pasado pese a llegar como outsiders. En motos, los resultados son menos prestigiosos, puesto que tan solo dos holandeses han logrado colarse en el Top 10 en las últimas quince ediciones: Henk Knuiman (8º en 2000; 9º en 2009) y Frans Verhoeven (9º en 2013). Así que este año todas las esperanzas de la nación están depositadas en Hans Vogels. Sus dos primeras incursiones en el Dakar resultan muy halagüeñas con un 22º puesto en 2014, tras sufrir varias fracturas de clavícula durante su preparación, y sobre todo el 11º puesto del año pasado. Pese a que esta clara tendencia augura su participación en la pugna entre los mejores, el motorista de 32 años prefiere mostrarse modesto en sus objetivos. “Lograr entrar en el Top 10 no parece tan lógico en mi caso. Somos muchos los que aspiramos a conseguirlo, con un nivel similar. Además, eso implica no padecer ningún problema. Lo más importante para mí es haber entrado en la familia del Dakar. El resto ya lo iremos viendo día a día”.