La Paz: 2015 sin desarrollo

En septiembre de 2015 se dio a conocer que el único pozo perforado en Lliquimuni daba esperanzas positivas y que la certeza dependía de la exploración de unos 4 a 5 pozos más. Con dichos antecedentes se fijó el día 20 de octubre (aniversario de la fundación de La Paz) para que el presidente Evo Morales anuncie la buena nueva de la existencia de hidrocarburos en el departamento. Hasta el día de hoy el jefe del Estado no dijo algo sobre el particular, habida cuenta de que hace unos 4 años recalcó que renunciaría si en un tiempo breve no se producía petróleo en La Paz.

La etapa de perforación se encuentra a cargo de una empresa ecuatoriana, mientras todo el proyecto descansa en manos de Petroandina (un consorcio de YPFB (60%) y Pdevesa de Venezuela (40%). Hasta ahora la perforación habría insumido 47 millones de dólares, mientras incluyendo la sísmica se trataría de 100 millones de dólares. El mutismo de las autoridades que ha seguido a sus anuncios optimistas, es muy posible que se deba al agotamiento del financiamiento asignado, según fuentes oficiales. Se puede deducir que la reactivación del proyecto espere las recaudaciones que el Gobierno plantea a través del fondo con el 12% del IDH deducible a gobernaciones y alcaldías, proceso que suscita justificadas resistencias de ambos niveles político-administrativos.

Según el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, corroborado por el presidente de YPFB, en octubre o noviembre pasados se iban a difundir los resultados de potencialidad productiva y rentabilidad de Lliquimuni, sin embargo, el interrogante se prolonga ante los ojos expectantes de paceños y no paceños. Acaso vemos que “más es el ruido que las nueces” y observamos una nueva frustración al cabo de ocho años de espera.

Como se ve, tampoco el año 2015 fue de realizaciones palpables para La Paz.

El 20 de octubre el presidente Morales recibió el primer quintal de azúcar de la Empresa San Buenaventura. Algo es algo, como consuelo. Sí, tuvieron que pasar más de 50 años para que se vea este logro. Anuncios de la empresa fijan una producción de 7.000 quintales por día (aunque algún medio se aventuraba a señalar “7.000 toneladas diarias”), junto a 100.000 litros por día de alcohol y 1.650 toneladas/día de alimento animal y fertilizantes.

Una de las dificultades con las que al parecer se tropieza es la insuficiencia de caña que pueda nutrir al ingenio. La escasa población circundante no ve aún incentivos para incrementar su baja producción, al paso que la carretera de Caranavi avanza lentamente, pese a los años que lleva. Lliquimuni y San Buenaventura se inscriben como las únicas modestas inversiones en el departamento de La Paz. Otra realización de la que se ufana el Gobierno es el teleférico, iniciado hace más de un año, pero que no reditúa ingresos al Tesoro Departamental, los que al igual que los ingresos de la vieja autopista siguen siendo estatales.

Se habla de una serie de carreteras, sobre todo al Norte, pero sobre la base de financiamientos internacionales, vale decir a largo plazo. Hacemos votos para que, por lo menos, la doble vía a Copacabana se haga realidad en 2016. A diferencia de otros departamentos, La Paz no vislumbra desarrollo ni crecimiento como gozan a plenitud otros departamentos, gracias a la inversión pública y a la racha económica que empieza a languidecer.