Irrupción del terrorismo

La irrupción del terrorismo a nivel planetario ha ensombrecido a 2015, porque se trata de una amenaza que está latente de concretarse en cualquier país, sin miramientos de naturaleza alguna.

Por primera vez en la historia de la humanidad se ha organizado nada menos que una especie de nación, bajo el nombre de Estado Islámico (EI), adhiriendo a su identidad el pomposo título de Califato. Su primera declaración como tal ha sido, en efecto, que su proyecto es poner bajo su dominio al orbe entero, para alinearlo en ideas extremistas de carácter pseudo religioso.

La demostración de que puede hacerlo de forma sangrienta se produjo la noche del 13 de noviembre, con tres ataques armados simultáneos en tres lugares de París, causando la muerte de por lo menos 129 personas y 352 heridas.

La organización autora de la masacre está conformada por 30.000 efectivos armados, con gente violenta reclutada en distintas latitudes. Con una fuerza de tal magnitud, el terrorismo ha puesto en alerta a todos los países desarrollados, en primera instancia, empezando por Estados Unidos. Francia, víctima de la agresión inicial, declaró la guerra a la agrupación, identificada también como yihadista. El resto de la Europa democrática y, en general, las grandes potencias integrantes del Grupo 20, se han alineado en la lucha contra el terrorismo internacional.

Rusia, a pesar de tener distancias ideológicas con las grandes potencias de occidente, también ha sido víctima del terror, al haber sufrido todo un holocausto, al ser derribado un avión de pasajeros de esa nacionalidad, causando la muerte de 230 personas.

El EI controla en la actualidad territorios de Siria e Irak, en una extensión total de 78.000 kilómetros. Somete a sus habitantes a sus designios criminales, incluyendo a la infancia, a la que en las escuelas les inculca su ideario extremista.

Para sostenerse, la organización terrorista se apropió de yacimientos petroleros de los espacios geográficos que ocupa en esos países, cuya producción vende en el mercado internacional con precio más bajo que el vigente. De esta forma, cuenta con el ingreso de por lo menos 2.000 millones de dólares anuales. Aparte, cobra impuestos y extorsiona a los habitantes de las poblaciones que ocupan sus tropas.

A pesar de que el Gobierno sirio es una tiranía que tiene también principios religiosos extremistas, tuvo que batirse en guerra contra el EI. En este mes, logró expulsar a los yihadistas de la ciudad de Ramadi, aparte de recuperar también las ciudades de Tikrit y Biyi. De esta manera, el EI perdió el control de unos 12.800 kilómetros, lo cual supone que dejó de tener bajo su dominio al 14 por ciento del territorio que ocupa bajo el imperio del terror.

Cabe anotar, en este recuento resumido, que la ciudad de Kobane, en Siria, quedó completamente destruida en la guerra sostenida por Al Assad y los yihadistas del califato del terror.

Con estos apuntes lo que se intenta poner en evidencia es que efectivamente el terrorismo internacional está muy activo en el medio oriente, pero al mismo tiempo, tiene en alerta a todas las potencias de occidente.

Después de la reunión del Grupo de los 20, a mediados de noviembre, la canciller de Alemania -reconocida muy justamente por la revista estadounidense Time como el Personaje de 2015- expresó que claramente se advierte que Turquía está sirviendo, mediante su banca, a “los flujos de dinero de los terroristas”, por lo que justificó la decisión adoptada por dicho organismo de asumir un estricto control en el sistema financiero internacional a ser utilizado en los planes del terrorismo del EI.