Los sueños rotos, IV

Es una pena. Muchos de las demandas de Brasil -la democratización de las organizaciones multilaterales y una mayor visibilidad de las demandas comerciales del sur global, incluida la reducción de los subsidios agrícolas en el Norte- eran legítimas. La cuestión es si, dada su inestabilidad política y económica, Brasil puede recuperar su posición global y la credibilidad para abogar efectivamente por esas cuestiones sin antagonizar a Washington.

En cuanto al gobierno chavista de Venezuela, sus ambiciones globales eran siempre demasiado ideológicas, revolucionarias para ser alcanzables en la práctica. Los altos precios del petróleo permitieron el aventurerismo. Hugo Chávez y Nicolás Maduro se entregaban a una corrupción rampante y allanaron la empresa petrolera y el banco central para financiar sus proyectos políticos. También politizaron el sistema judicial y a los militares. Según muchos informes, instigan, incitan e invierten en el narcotráfico. En noviembre, las autoridades estadounidenses arrestaron a dos sobrinos de la primera dama de Venezuela por supuestamente planear el contrabando de cocaína a Estados Unidos.

Para Venezuela, la victoria legislativa del 6 de diciembre de la oposición representa un rechazo popular a tanta locura, no sólo de los fracasos económicos severos del gobierno, sino también a sus sueños transnacionales. Al presidente Maduro le resultará cada vez más difícil defender los programas de regalo de petróleo a otros países cuando las tiendas no pueden ni siquiera mantener los bienes básicos en sus estantes. Pero la oposición aún enfrenta desafíos. Su mayoría calificada en la Asamblea Nacional le da poco poder directo sobre los asuntos exteriores y los regalos de petróleo del gobierno siguen siendo para garantizar el apoyo internacional en la Organización de los Estados Americanos y las Naciones Unidas. Regalando petróleo para evitar la crítica internacional está muy lejos de las ambiciones desmesuradas originales del gobierno, pero teniendo en cuenta los cambios políticos en la Venezuela de hoy, Maduro tendrá todo el apoyo que posiblemente pueda comprar.

Para Brasil, el bajo apoyo público, una economía en caída, un escándalo de corrupción en expansión y la agitación política sólo golpeará a Dilma Rousseff y el PT. Y a medida que la incertidumbre política continúa, la economía seguirá mal y los inversores tardaran en recuperar la confianza. Está en riesgo el legado a largo plazo del PT, no sólo en la promoción de una agenda de izquierda moderada en el hemisferio, sino también tratando de crear una voz y agenda para el sur global. Es probable que encuentre que necesita a Estados Unidos mucho más de lo que pensaba.