Según Luis Miguel Ariza, que escribió el interesante extenso artículo titulado “Lo saben todo sobre usted”, en el diario El País de Madrid, con lo que viene aconteciendo actualmente, todas las personas, en el mundo, nos encontramos en un virtual panóptico digital. Refiere que “en 2016 se calcula que más de dos mil millones de personas usarán estas minicomputadoras (móviles), aún las llamamos teléfonos, pero nunca, nunca descansan. Extraen información y la envían fuera de nuestro alcance. ¿Es exagerado equipararlas a las telepantallas de la distopía orwelliana? Ricardo Martínez, presidente de la Asociación Profesional Española de Privacidad, no lo duda. “La monitorización hoy día es incluso mayor que como la describió Orwell”.
Enfatiza que “vivimos en la edad de oro de la vigilancia, y sostiene que, por ejemplo, la compañía británica Cobham comercializa un sistema que envía una señal ciega e indetectable a un teléfono, la cual no le hace sonar y permite la localización de su dueño a menos de un metro; Defentek, con base en Panamá, asegura que posee un software con capacidad para detectar cualquier teléfono móvil en el mundo sin que el operador ni su dueño se enteren, y la Agencia de la Seguridad Nacional de EEUU sostiene que es capaz de rastrear móviles incluso cuando están apagados.
Luego pregunta ¿dónde ha quedado la privacidad? Los gigantes que hoy dominan el mundo, Facebook, Apple, Twitter y Google facturan miles de millones de dólares cada año y responden con páginas y páginas de farragosas explicaciones en letra pequeña escritas en lenguaje de leguleyo. Insisten en afirmar que sus compañías no venden a terceras partes la información personal del usuario, pero eso no es exactamente así. Se da cuenta que en 2014, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (CFC) publicó un informe revelador sobre esta industria multimillonaria. Estudió nueve compañías: Acxiom, CoreLogic, Datalogix, eBureau, ID Analytics, Intelius, PeekYou, -RapLeaf y -Recorded Future.
Su negocio consiste en analizarlo todo: transacciones bancarias y compras, campañas de marketing, detección de fraudes, verificación de identidades digitales, publicidad en hogares, obtención de perfiles de los usuarios; nombre, edad, sexo, estado civil de los dueños de correos electrónicos, etc. Los servidores de Acxiom contienen información sobre 700 millones de consumidores en todo el mundo.
Cada cliente estadounidense está asociado a 3.000 fragmentos de información. ID Analytics cubre 1.400 millones de transacciones comerciales. Y Recorded Future exprime la información de los usuarios al tener acceso a más de 502.591 páginas web. “Lo que está en juego es la libertad”, todo queda grabado en las redes sociales. Cualquier cosa que hagamos llegará al ciberespacio y permanecerá ahí para siempre.
Con el panóptico, una estructura ideada por el británico Jeremy Bentham, explicado en su obra a finales del siglo XVIII, comenzó la vigilancia clásica. Se trataba de una torre situada en el centro de un edificio circular con amplias ventanas hacia el círculo interior. El edificio externo estaba dividido a su vez en celdas con ventanas tanto al exterior como al interior. Desde la torre, una persona podía vigilar a cualquiera que estuviera encerrado en ellas, sea un preso, un enfermo mental o un estudiante. Al entrar la luz del exterior, las figuras resultantes del contraluz facilitaban esa vigilancia, que no tenía necesariamente que resultar opresora.
El vigilante cuidaba así de los habitantes del edificio, de los pacientes de un hospital o presos. Si caminamos por algunas calles céntricas en Madrid, como Montera, Ballesta, Lavapiés, Azca o la Plaza Mayor, observaremos los tentáculos del panóptico actual, las cámaras blancas: algunas en forma de campana o tubo, suspendidas de un saliente atornillado a las paredes en las esquinas. La Policía Municipal gestiona 219 cámaras que enfocan las calles desde el Centro Integrado de Señales de Vídeo (CISEVI). El panóptico digital del siglo XXI es una sala repleta de pantallas encendidas las 24 horas. Fuentes de la policía aseguran que las imágenes se las guarda durante una semana y luego son borradas, aunque las grabaciones de las cámaras situadas en Azca se las almacena durante un mes.
En España, la ley reconoce que cualquier ciudadano puede ejercer los derechos de acceso y cancelación de esas imágenes si ha sido grabado en la calle. Desde la policía se asegura que tendrá que llevar consigo una orden judicial. En Reino Unido, de acuerdo con la Asociación Británica Industrial para la Seguridad, podrían operar un total de 5,9 millones de cámaras públicas y privadas. El número exacto se desconoce. Eso significaría una cámara por cada 11 británicos. Londres es la ciudad más vigilada de Occidente. La consultora global IHS estima que en el mundo hay unas 245 millones de cámaras de vigilancia. Asia contabiliza el 65% de las instaladas que funcionan actualmente. “El Gobierno y la industria se han aliado para eliminar casi en su totalidad la privacidad de los consumidores y los ciudadanos”, comentó Clifford Lynch, presidente de la Coalición Networked Information y profesor adjunto de la Escuela de Información de la Universidad de California en Berkeley. La privacidad se convertirá en un artículo de lujo.
Se percibe que en la actualidad “ya vivimos en un gigantesco panóptico digital y virtual”.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |