A-Z del narcotráfico

Las instituciones cívicas argentinas que quedaron indemnes tras el paso del kirchnerismo han advertido que el narcotráfico tiene el poder para acabar con la República Argentina.

Las veinte universidades privadas más importantes, la Corte Suprema de Justicia y la Conferencia Episcopal, en ese orden, advirtieron sobre el riesgo real del narcotráfico en los días de las elecciones de ese país.

El Estado argentino está en riesgo, dijeron las tres instituciones en documentos dramáticos, que podían haber quedado en eso si no fuera que los jueces acaban de proponer un plan de trabajo bien definido, de diez puntos.

Lo que proponen es que se enfrente al narcotráfico a lo largo de su larga cadena de operaciones. Comienza con el control de la llegada de las drogas y termina con la investigación del destino que dan los narcos a los dineros que han obtenido de la actividad.

Acaban de descubrir en Argentina que las avionetas que llevan droga desde Bolivia no entregan la “merca” solamente en las provincias más próximas a la frontera, sino también en las provincias del sur argentino, como La Pampa.

Aviones Beechcraft 200 con mayor autonomía de vuelo que los pobres Cessna 182, llevan la droga desde Bolivia hasta la provincia de la señora Cristina Fernández, allá lejos, donde viven los pingüinos, según dice Infobae. Se pasan de largo por encima de las provincias del norte argentino, porque allí el control es muy grande.

Los jueces argentinos, que no fueron alcanzados por el poder del kirchnerismo, dicen ahora que la guerra debe ser completa, que vaya desde la A hasta la Z. En toda la extensión de la operación, paso a paso, sin olvidar escalones.

En Bolivia, esto querría decir que el narcotráfico sea combatido eliminando los cocales ilegales, incluidos los catos de las más altas excelentísimas autoridades nacionales, hasta llegar a las cuentas bancarias de quienes manejan el negocio, lavan los narcodólares y los introducen en el flujo monetario, incluso en la industria de la construcción.

Aplicar en Bolivia el programa de los jueces argentinos sería someter al país a una dieta estricta, dieta de hambre para amplios sectores. Y en esos momentos es que se producen los cambios más radicales en la política boliviana, según recuerdo.

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