Entre lo dicho y lo hecho

Las primeras revelaciones de alguna noticia inconveniente para el Gobierno y el enfoque algo posterior de las mismas autoridades, señalan mucha diferencia o contradicción. En el primer impacto surge el consabido “caiga quien caiga”, con mayor énfasis si el daño es económico y los protagonistas sus seguidores, pero luego empiezan las medias tintas para terminar poco menos que justificando los malos manejos.

El caso de la corrupción en el Fondo Indígena (Fondioc) es uno de estos casos. En principio resonó el “caiga quien caiga” y que la Justicia tome a su cargo las sanciones, no obstante que tanto el Ministerio Público como la Justicia tienen oídos muy finos para interpretar lo que puede agradar o desagradar a la más alta cúpula gubernamental y evitar contradecir esa dirección.

El escenario de la rectificación más reciente fue el Chapare, en ocasión de un informe de gestión que prestaron el presidente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García. El primero apreció que “solo desaparecieron Bs. 14.5 millones” (2 millones de dólares)” y que se trata del error “de no saber descargar los montos ejecutados”. Esto significa que los proyectos se cumplieron, empero quién puede certificarlo si el Fondioc se limitaba a desembolsar en efectivo a simple solicitud, quizá inspirado en la invitación bíblica del “pedid y se os dará”. Se estima que los desfalcos suman $US 500 millones.

A continuación de enfatizar que “no robaron”, el Primer Mandatario minimizó los montos en comparación con lo que “robaron los neoliberales” que gobernaron y se refirió como ejemplo a algunos casos. Un mal anterior no puede justificar un mal posterior. El Vicepresidente añadió que los dirigentes “no sabían hacer rendición de cuentas. Fue un tema administrativo”.

También resultó achacada “la estructura” del Fondo Indígena creado el 2005, si bien los desembolsos se iniciaron desde el 2010. Llevando agua a su molino, el ministro Carlos Romero dijo que presentó un anteproyecto de ley de reestructuración del Fondioc que no prosperó. Nemesia Achacollo, ex presidente del Directorio, aseveró que conoció las irregularidades “desde el principio” pero que no pudo actuar “por presión de los dirigentes”. En fin, existe mucho por conocer aún, como la revelación de las grabaciones y videos de los directorios, entre otras cosas.