La labor desempeñada por los miembros de la Asamblea Legislativa en la gestión 2015, fue calificada por la población de “regular para abajo”, debido a que, consideran que, sólo se dedicaron a aprobar leyes intrascendentes y a efectuar campañas políticas por el Referéndum del 21 de febrero y no priorizaron la aprobación de normas que beneficien a los sectores más empobrecidos del país.
El analista Mirko Orgáz, sostiene que a la ALP le falta autonomía para convertir este espacio institucional de la nación boliviana, en un espacio de debate de problemas fundamentales.