El presidente argentino, Mauricio Macri, advirtió ayer que las fuerzas de seguridad “tienen una historia, por inacción o complicidad, que han sido penetradas por parte de las mafias”.
El mandatario destacó, en conferencia de prensa, que a pesar de “los errores” se logró recapturar a los tres prófugos condenados a prisión perpetua por el crimen de tres empresarios vinculados al narcotráfico en 2008.
“Hay una mayoría sana (de las fuerzas de seguridad) que apoyó en los últimos días para esta captura, que parecía imposible”, dijo Macri sobre los arrestos de Víctor Schillaci y los hermanos Martín y Cristian Lanatta, en la provincia de Santa Fe, tras dos semanas de permanecer huyendo desde su escandaloso escape de un penal de máxima seguridad en la provincia de Buenos Aires.
El caso tiene impacto político, porque Martín Lanatta declaró el año pasado en una entrevista periodística, desde la cárcel, que el entonces jefe de Gabinete de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), Aníbal Fernández, y candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires por el kirchnerista Frente para la Victoria (FpV), estaba involucrado en el tráfico de efedrina.