Los diseños arquitectónicos y los grabados en piedra y cerámica de la cultura tiwanakota, que transmiten mensajes de esperanza a la humanidad, reflejan la concepción de la vida en base al equilibrio universal de código 0,46.
Eduardo Cortés Hemgler, autor del libro Tiwanaku: estética diseño y arte. Código 0,46 después de largos años de estudio, llega a la conclusión de que “todo en Tiwanaku habla del equilibrio entre el universo y la naturaleza”.
“Las proporciones de las paredes del monumental Kalasasaya, Akapana, La Puerta del Sol, el Puma Punku, el Templete semi subterráneo, las incontables cerámicas y hasta los tejidos y piedras cubiertos de signos, cifras y símbolos corresponden a la circunferencia (código 0,4666), sustenta Cortés.
Para demostrar que ese código de circunferencia (equilibrio) convertida al triángulo predomina en la cultura tiwanakota y otras hace un ejercicio matemático simple: divide, por ejemplo, la base (ancho) y la altura de la calada en forma de urna del Puma Punku (23,4/50,1) cuyo resultado es 0,46666.
La misma operación en la Puerta del Sol, la Puerta de la Luna, el Akapana y otros, e incluso en las figuras de los tejidos y vasijas arroja el resultado del código.
De acuerdo con la investigación, los diseños arquitectónicos de ese milenario pueblo que habitó en América constituyen “nobles conocimientos con mensaje de esperanza al futuro de la humanidad”.
Además esas obras “intentan” transmitir sus secretos, mitos y creencias, que buscan una convivencia armónica entre seres humanos, naturaleza y planeta, destaca Cortés. (Agencias)
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