La organización de Naciones Unidas exigió ayer el cese del asedio a zonas civiles en Siria, donde asegura sufren severas carencias de alimentos y atención médica cerca de 400 mil personas.
En los últimos días, el cerco a comunidades como Madaya, en Damasco Campo, y Kafraya y al-Fouaa, en Idlib, cobró particular relevancia, luego de que medios divulgaran imágenes de personas azotadas por la hambruna (en Madaya) y llegaran a esas localidades convoyes con ayuda humanitaria.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que de las casi 400 mil personas consideradas bajo asedio en el país levantino, la mitad son víctimas del Estado Islámico (EI), 180 mil de las tropas gubernamentales y sus aliados y unas 12 mil de la llamada oposición armada, cifras cuestionadas por el embajador de Damasco aquí, Bashar Jaafari.