Kate: la perdición del narco

Seguramente que muchos varones perderían la cabeza por la actriz mexicana Kate del Castillo, una mujer hermosa y con una tremenda personalidad. Cualquier locura cometería un hombre por obtener sus favores ante esa mirada dura pero sensual de la protagonista de “La reina del sur”. Que “El Chapo” Guzmán, multimillonario, casado con una joven reina de belleza, y perseguido por la justicia de medio mundo, se hubiera rendido a sus pies, es porque Kate tiene algo más que deslumbra y que desconocemos.

¿Qué obsesionó tanto a “El Chapo”? ¿Kate del Castillo o Teresa Mendoza, la protagonista de la serie televisiva? ¿O ambas? Porque el famoso narcotraficante, que ha superado a Pablo Escobar en aventuras y tal vez en maldades, estaba extasiado por ella, y según la prensa de México, hasta en su dormitorio, donde irrumpieron a tiros los soldados del ejército para capturarlo la última vez, se encontraron con DVD´s usados de “La reina del sur”. Dicen que “El Chapo” devoraba esos videos.

Causa extrañeza que un sujeto de horca y cuchillo como Joaquín Guzmán, líder del cartel de Sinaloa, pudiera guardar pasiones románticas en su corazón. Auténtica sensibilidad por una mujer, con un irrefrenable deseo. Es curioso que un delincuente como él, seguramente porque presentía un fracaso sentimental, no recurriera ni al secuestro, ni a la extorsión, ni a la compra, ni al terror, y que tratara de seducir a Kate con ramos de flores y con mensajes cifrados o con arriesgadas charlas telefónicas, cuando le decía: “Eres lo mejor del mundo. Te cuidaré más que a mis ojos”.

Dicen las informaciones que recibimos a través de los medios, que “El Chapo” y Kate flirteaban. Ella no parecía tenerle miedo, aunque nunca se supo que tuviera una aventura con su adorador. Sin embargo, en una oportunidad escandalizó a la sociedad mexicana cuando afirmó que confiaba más en “El Chapo” Guzmán que en el gobierno de México. A los requiebros del narco, Kate le contestaba: “Me mueve demasiado que me digas que me cuidas, jamás nadie me ha cuidado”. Pero al mismo tiempo, la explosiva actriz invitaba a su romántico admirador a “traficar con el amor” y no con las drogas. Era un reproche sutil. ¿O sería un señuelo femenino para enamorarlo más?

Joaquín Guzmán desapareció durante unos meses luego de su espectacular fuga de la prisión de máxima seguridad de Altiplano. Era su segundo escape y el ridículo ya estaba mellando hondamente al Gobierno. Fue estando escondido en las escabrosas montañas de Durango, cuando apareció ese deseo de filmar su vida. Y es en ese momento cuando “El Chapo” piensa en que Kate del Castillo era la mejor vía para vincularlo secretamente con gente poderosa de Hollywood. No debería extrañar que la filmación no fuera sino un pretexto para atraer cerca de él a Kate, a la Hermosa, a la Dama, como la llamaba. La diva accedió al pedido en una actitud muy cuestionable para la justicia, que puede costarle caro. Es indudable que la idea de aproximarse al individuo más peligroso y perseguido del mundo le provocaba a ella una atracción maligna.

Sabemos que la bella mexicana viajó a la selva llevando consigo al actor Sean Penn y que allí “El Chapo”, narco desde sus 15 años, nacido en Sinaloa, Los Mochis, tierra de grandes fajadores del ring, hizo declaraciones sobre su vida que son propiedad de la revista Rolling Stones. En cuanto al filme, no sabemos mucho, pero sí conocemos otro requiebro del narco a la bella: “Amiga, si tú traes el vino yo lo tomaré. No soy tomador, pero como va a ser tu presencia algo hermoso, tengo ganas de conocerte. Y llegar a ser buenos amigos. Eres lo mejor de este mundo. Ten fe que estarás a gusto. Te cuidaré más que a mis ojos”.

¿Amor? ¿Deseo? ¿Capricho? No sabremos qué hacía al mafioso convertirse en un animalito tierno. No quiso abusar de la Hermosa, sino, al parecer, enamorarla. Se arriesgó y perdió. Le esperan muchos años en la cárcel para extrañar a Kate y conformarse con verla, tan intrépida y fogosa, solo en video.