Las marchas y manifestaciones protagonizadas por choferes del Sindicato Primero de Mayo han desbordado cualquier capacidad de paciencia y comprensión que tenga la colectividad paceña. Los excesos cometidos por varios de esos choferes contra colegas suyos y algunos familiares -entre los que había niños- y contra vehículos particulares, tienen características muy graves y peligrosas porque nada se ha respetado ni a nadie, se ha emprendido contra todos y se han lanzado amenazas de toda laya con miras a lograr “incremento en los pasajes del transporte público”.
El caso reviste mucha gravedad y no sería por culpa exclusiva de los choferes, es, en todo caso, culpa de los gobiernos y de los municipios que, en su momento, no han sabido encarar debida y responsablemente los problemas y cuando han intervenido han “puesto parches y remiendos momentáneos” y jamás se han preocupado por planificar, estudiar, legislar, normar o reglamentar el caso de colectivos, taxis, radio-taxis, minibuses, trufis y otros que prestan servicio de transporte público. Hay objeciones sindicales al respecto y muestran, claramente, que las autoridades no actúan ni con la oportunidad ni eficiencia necesarias y todo lo “dejan al tiempo” para que los problemas encuentren cauces simples de solución y lo que logran es acrecentarlos y hacerlos más difíciles de solucionar.
Los choferes alegan que “no hay aumento de tarifas en los últimos 16 años”; en parte, hay razón, como es el caso de los minibuses (que en muchas situaciones cometen abusos y arbitrariedades de todo tipo atentando contra los usuarios mediante el “trameaje” y mala educación); pero otro es el caso de abuso de radio-taxis, trufis y taxis que cobran a capricho lo que quieren y “conforme a la cara del pecador”. Los propietarios y choferes de esos servicios no consideran a niños ni a ancianos y los tratan con displicencia, mala educación y cobran lo que quieren, pero, puesta al tanto la Alcaldía a este respecto, tampoco ha tomado cartas en el asunto y tan solo, como ocurre actualmente, discute “la concesión o aumento de centavos” sin fijarse que radio-taxis y taxis han aumentado entre el 50 y 100% los montos anteriores.
Es, pues, la Alcaldía Municipal que tiene que actuar con sensatez y responsabilidad sin dar largas al problema y menos prometer lo que no va a cumplir. La colectividad no tiene por qué soportar los abusos de los choferes que, además, no reciben sanción por su conducta arbitraria. El problema es grave no sólo en La Paz sino que alcanzó proporciones iguales o peores en las demás ciudades que también merecen que el caso sea tratado eficiente y responsablemente y, si no hay capacidad en las autoridades para solucionar el caso, llegar al extremo de contratar técnicos extranjeros que puedan estudiar y solucionar lo que en el país no es posible conseguir.
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