“Nuestro fundador, al crear este medio de comunicación, lo hizo con el afán de mejorar las condiciones de vida del boliviano; por eso escribió: ‘El DIARIO ama a la Patria, por encima de todos los partidos, y por ella, por sus intereses bien entendidos, sacrificará vida, reposo y cualquier otra situación. Nuestros antepasados, fueron periodistas y cada uno de ellos enseñó a sus descendientes, bajo estos preceptos, el amor a la libertad, el derecho que tiene toda persona a la libre expresión y a la libertad”, dijo años atrás el entonces director de El DIARIO, Jorge Carrasco Jahnsen.
Nuestro director histórico, Jorge Carrasco Jahnsen, ha muerto, pero su espíritu indomable recorre, como lo hacía en vida, todo el edificio de EL DIARIO, ora manejando la rotativa, ora sugiriendo el contenido de los titulares de primera plana y sobre todo, asumiendo desde Redacción y su oficina central, la edición eterna del día siguiente.
Su presencia invisible hoy está en el escritorio donde trabajaba Franz Tamayo y se siente entre los trabajadores de la rotativa, entre las máquinas que en vida armó y desarmó personalmente para que la edición sea pregonada por las calles de La Paz y simultáneamente en todo el territorio nacional.
Jorge Carrasco Jahnsen, además de director fue reportero, titulador, prensista y hasta pregonero entusiasta de EL DIARIO. Las palabras por él dichas a fines del Siglo Veinte y que las reproducimos líneas arriba, constituyen en realidad, las leyes y las normas que han posicionado a este matutino por su credibilidad y amplitud en nuestro país y a nivel internacional.
Jorge Carrasco Jahsen se fue, no sin antes cumplir con lo que había afirmado: “nuestros antepasados, fueron periodistas y cada uno de ellos enseñó a sus descendientes”. En efecto, Jorge y Antonio Carrasco Guzmán llevan hoy la tea encendida de EL DIARIO, como ayer lo hizo nuestro director histórico.
Empero, Jorge Carrasco Jahnsen, precisamente por cumplir con el precepto de pensar y trabajar por la Patria por encima de políticos y partidos políticos; por enfrentar a las hordas insaciables, que a su turno y durante décadas gobernaron Bolivia a su antojo; por denunciar desde EL DIARIO la injusticia, la deshonestidad y el oportunismo, fue atacado y vilipendiado por los dueños del odio y de la revancha.
Tales ataques, encubiertos por el poder y la impunidad; soportados estoicamente por años, fueron minando su salud pero no su altiva personalidad. Jorge Carrasco Jahnsen ha muerto. Sin embargo lo percibimos como un periodista de cepa, como un director eficiente que, para desgracia moral de sus atacantes, es ya parte de la Historia del periodismo nacional.
Jorge Carrasco Jahnsen, vive en las páginas de EL DIARIO y en la historia que este matutino, más que centenario, escribe cada 24 horas, testimoniando fielmente los sucesos de Bolivia y el mundo. ¡Honor a nuestro Director histórico!
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