Referéndum causa reacción ciudadana

En Bolivia los preparativos para el referéndum del 21 de febrero la hacen ver como una consulta extemporánea, ya que faltan cuatro años para que se cumpla el mandato constitucional del Presidente del Estado. Se debió esperar que pase ese tiempo, ¿cuál es el verdadero motivo para hacer anticipadamente tal consulta? El pueblo tiene derecho a una respuesta a esta pregunta.

Es la primera vez en la historia del país que se va a realizar de esta manera este tipo de consulta y que sale de los fueros de la Constitución. Llama la atención el empleo de ingentes sumas de dinero en propaganda de todo tipo, cuando se debió mostrar racionalidad y mesura, porque la población se pregunta si no era mejor que este dinero sea empleado en mejorar los servicios de salud para la gente pobre que tanto necesita ayuda. La comunidad internacional está asombrada porque se trata de prolongar un mandato presidencial, con tinte de VITALICIO, algo inadmisible y que atenta contra los principios de la democracia vigente en muchos países del mundo.

Algunos grupos sociales que están el poder apoyan con alma y vida este afán de prorroguismo político, porque sus intereses están en juego. La Asamblea Legislativa, donde el partido oficialista tiene mayoría, y el Poder Judicial indirectamente son utilizados con intenciones políticas planificadas. Pero lo que no se puede ignorar es una corrupción escandalosa en instituciones estatales, que está lejos de ser combatida como corresponde. Por ello de la noche a la mañana aparece una especie de clase social, conformada por cocaleros adinerados, que tienen todos los privilegios y constituyen el puntal del oficialismo, al extremo de que no pagan impuestos al Estado por los productos y venta de coca. Pero en otros casos el Estado no perdona y sanciona al ciudadano que no contribuye. Lo mismo sucede con algunos gremialistas, entre los cuales están comerciantes que ni expiden facturas y tienen ganancias elevadas.

La ciudadanía exige igualdad para todos. Obviamente, los grupos privilegiados apoyan la elección indefinida, porque no desean perder sus ganancias. También existen miles de ciudadanos de a pie que viven condiciones de hambre y miseria, porque no les alcanza lo poco que ganan, para sobrellevar una situación económica difícil. Este mayoritario grupo social seguramente hará oír su voz de protesta, con el VOTO CASTIGO en las urnas.

El autor es Profesor Emérito y ex Decano de Odontología UMSA.