La década perdida

Cuando llegan los precios altos de las materias primas, Bolivia tiene mucha mala suerte. Cuanto más altos son esos precios, peores son los gobiernos que tiene Bolivia.

PETRÓLEO ORO ESTAÑO El precio del petróleo tuvo su mayor recuperación en meses tras la publicación de nuevas cifras sobre las reservas de EEUU. Las reservas no disminuyeron y aún están en su nivel más alto en más de 8 años, pero no crecieron tanto como el mercado esperaba. El precio del WTI superó momentáneamente los US$ 30 por barril. Los analistas no ven que esta sea una señal de recuperación aunque algunos miembros de la OPEP aún auguran US$ 60 para fin de año. El precio del oro cayó ante la recuperación de los mercados de valores alrededor del mundo. La recuperación llegó tras el anuncio del presidente del banco central europeo Mario Draghi, quien dio a entender que están considerando la posibilidad de relajar aún más su política monetaria para tratar de reactivar la economía regional. El bajo precio del oro ha sido interpretado como optimismo sobre los prospectos de la economía mundial y su fortalecimiento en 2016. Los nueve principales productores de estaño refinado en China han acordado reducir su producción en 17.000 toneladas, o el equivalente a 12% de lo producido en 2015. La medida es una respuesta al bajo precio. Las nueve (Yunnan Tin Company, China Tin, Chengfeng, Zili, Kaimeng, Yunxin, Jinye, Nanshan y Weitai), llegaron a producir 140.000 toneladas en 2015 lo que representa el 80% de la producción china y el 40% de la producción mundial.

Entre 1971 y 1978, Bolivia todavía exportaba petróleo y en esa época la OPEP hace subir el precio de 2 dólares a 50 dólares el barril. El estaño se vende en 7 dólares cuando lo normal era que valiera 2 dólares.

Pero Bolivia estaba gobernada por Hugo Banzer. Todo el dinero extra que recibió el país fue invertido en algo que no era primordial.

Ya en este siglo, llegó, a partir de 2007, el mayor auge de los precios de las materias primas de que tenga memoria el mundo entero.

El gas natural, por el que Brasil pagaba 1,90 por millón de BTU en el año 2001, llegó a valer 12 dólares.

El promedio de 2006 a 2015 para Brasil fue de US$ 6,50/MM BTU mientras que para Argentina alcanzó los US$ 8,20/MM BTU

El estaño, cuyo precio era de 1 dólar la libra fina en 2001, trepó hasta los 14 dólares en la última década.

El precio promedio del estaño entre 2006 y 2015 fue de US$ 8,30/libra fina mientras que entre 1995 y 2005 el proedio fue de US$ 2,60/libra fina.

En el caso de la plata el promedio de entre 2006 y 2015 fue de US$ 20 la onza troy mientras que en la década anterior apenas alcanzó US$ 5,38 la onza troy.

Se calcula que, por esos conceptos y otros, el país recibió en los últimos diez años alrededor de 160.000 millones de dólares, más del doble de lo que recibieron diferentes gobiernos en 40 años.

Con ese dinero se hubieran podido resolver las deficiencias de la educación y la salud, pero lo único que pasó es que la educación se ha politizado. Y los hospitales siguen exigiendo a la gente que haga colas desde las 4:00 para no recibir ninguna atención.

Las carreteras de Bolivia son las que registran la mayor cantidad de accidentes mortales de toda América latina.

La industrialización del gas está tan atrasada que la planta separadora de Yacuiba ni siquiera ha podido lograr que el GLP vaya separado de la cocaína en los camiones cisterna que van a Argentina, de una empresa que lleva el sello de YPFB. El empresario que hizo el negocio estuvo preso dos meses y ahora está en libertad. La planta costó 700 millones de dólares.

La planta de urea de Bulo Bulo costó 1.200 millones de dólares pero su producto será tan costoso que no se lo podrá vender ni siquiera a los cocaleros, que son los agricultores más ricos de Bolivia.

Y, así, se fue el dinero. Para los bolivianos, el auge de los precios fue como una estrella fugaz.

La ley de inversiones dice que todas las empresas privadas que operan en el país tienen la garantía de la vigencia de una política tributaria basada en las leyes.	Ahora que las papas queman, la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Empresas (Afcse) y el SIN han decidido aplicar multas millonarias para compensar las pérdidas por las cotizaciones.