Es interesante conocer los cambios en el país, que van y vienen, aunque los sectores más empobrecidos dudan de ellos y si existen, ojalá sean para bien.
Nos referiremos ahora al cambio en las Fuerzas Armadas, que fue desdibujado cuando un ciudadano recientemente habló de actos de corrupción del Comandante en Jefe, los mismos que están en la Fiscalía, aunque el involucrado hizo un desmentido. Ese problema, si es que existe, será analizado en otras instancias, no soy yo quien debe hablar del mismo.
Lo bueno de nuevo Alto Mando es que hay militares probos, que tendrán arduo trabajo para ordenar y poner en claro los grandes problemas que surgieron con la confiscación de bienes del Ejército, caso del cual a la fecha no se sabe cuál es el curso, y aclarar el funcionamiento de Transportes Aéreos Militares, que éste no ingrese también en la fiscalización.
Es importante resaltar el nombramiento de una dama, que por ser la primera en un alto cargo de las FFAA, dará el ejemplo para que otras generaciones sigan el mismo, honrando a su padre, un excelente militar, como siempre en una carrera sin mancha; también felicitamos al resto de los miembros del Alto Mando.
Es hora de que piensen que por el juramento que hicieron al optar por un sable y besar a la enseña nacional, ésta es la única que debe ser enarbolada por todos sus miembros, ya que a la fecha con una serie de banderas se ha desvirtuado ese compromiso que se hizo al egresar de los Institutos Militares. Si bien la nueva Constitución del Estado Plurinacional aprueba que los símbolos nacionales son la TRICOLOR (rojo, amarillo y verde), la wiphala, la kantuta y el patuju, la única que debemos respetar es la tricolor nacional que vive y ha vivido con la Patria. La wiphala, creada con la nueva Constitución, nace recién en función de la exigencia de los pueblos aymara y quechua, quienes deben tener su bandera, y solo como para no agraviar se dice que también representa a Bolivia la kantuta y para representar al oriente se nombra al patuju. Además a la fecha han aparecido una serie de banderas con combinaciones del azul del mar y este invento lo lucen en toda unidad militar; dejemos de ser chauvinistas y si queremos el mar, no va a ser mostrando símbolos imaginados.
Sin embargo, las FFAA solo deben su lealtad y juramento a la tricolor nacional; desde hace tiempo nadie en la institución militar ha podido observar el uso de la wiphala en el brazo de los uniformes, la misma se ha generalizado en todos los establecimientos del Estado, confundiendo en forma muy clara que la representación es una sola y que ahora confunde a niños, jóvenes y a turistas que ingresan al país.
Asevero que izar o levantar la tricolor es algo que no tiene precio, solo basta ver a los atletas nacionales que con mucho orgullo muestran la enseña que brilla en varios países y como una muestra, los jóvenes tienen en el alma la gloria que han obtenido para la Patria, que en varios casos expresan con valor y lágrimas, sin exponer algún otro símbolo.
Las FFAA desde hace algún tiempo han perdido dignidad gracias al servilismo y hay que decirlo, aceptan hasta las más inverosímiles órdenes, como en el caso de las paradas militares, que son militares y no de los movimientos sociales, los cuales tiene derecho a marchar y que lo hagan, por ejemplo, el 2 de agosto, porque el 7 de agosto es día de las Fuerzas Armadas.
Ojala que este mando no ingrese en lo común de otros y haga respetar a su ente, no sea que tomen muy en cuenta aquel dicho francés: “Dejar hacer, dejar pasar” y poco a poco con colores que aparecen, los uniformes se conviertan en medio carnavalescos. A la tricolor se jura al egresar como oficiales cuando les dicen: “Juráis por Dios, la Patria y la Bandera”, hagan honor a su juramento.
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