Análisis económico de 10 años con Morales
• EL DIARIO consultó con dos expertos en economía Iver von-Borries y Gary Rodríguez, quienes destacaron la estabilidad macroeconómica del país, aunque expresaron su preocupación por la falta de inversiones. El cambio de matriz productiva es un largo proceso por lo que Bolivia continúa como un país extractivista
En los 10 años de gobierno del presidente Evo Morales, que se cumple hoy, 22 de enero, la economía no cambió de modelo en relación a los anteriores administraciones, pero sí se mantuvo estable, principalmente por el precio de los “commodities” y el proceso de nacionalización, lo que incrementó la renta petrolera y, consiguientemente, las arcas del Estado. Sin embargo, también este proceso alejó las inversiones y aún Bolivia es un país dependiente de las importaciones, según el análisis de los expertos Iver von Borries y Gary Rodríguez, al responder coincidente en consultas que les realizó individualmente EL DIARIO.
HUBO ESTABILIDAD
En efecto, tuvieron similitud de opiniones, al afirmar que en la última década la economía boliviana logró mantenerse estable gracias a los precios de las materias primas: Gas y minerales que el país exporta.
“Hay que convenir que estos 10 años de estabilidad económica, política y social está fuertemente aparejado con un escenario favorable de precios altos para las materias primas y Bolivia se ha beneficiado por doble partida: Por la negociación del contrato de compra y venta de gas por 20 años con Argentina, que se empezó a ejecutarse a finales de los 90 y la crecida del volumen de exportación hacia Brasil. A esto, hay que añadir que el precio del petróleo, que arrastró al incremento en el precio de venta del gas, ha reportado al país ganancias extraordinarias desde el punto de vista de la exportación”, afirmó Rodríguez.
A tal comportamiento positivo, Iver von Borries destaca también la estabilidad cambiaria, puesto que en los últimos seis años el tipo de cambio del boliviano se ha mantenido sin variaciones respecto al dólar. Bs 6.96 para la venta y Bs 6.86 para la compra.
“Sin lugar a dudas, el hecho más destacado es haber mantenido la estabilidad económica y cambiaria, de la mano con índices de crecimiento altos para la región”, afirmó von-Borries.
ECONOMIA AÚN DEPENDIENTE
El cambio de matriz productiva y diversificada fue la intención del Gobierno varias veces manifestada en los discursos de Morales en los primeros 10 años de su mandato. A la consulta de si este objetivo fue cumplido, la respuesta de los expertos fue negativa. Bolivia sigue dependiendo económicamente de los precios de los “commodities”.
“Pese a los esfuerzos que se han realizado no ha sido suficiente como para que Bolivia ‘no reprimarice’ sus exportaciones y, a través de ello, su economía dependa altamente del acontecer externo”, afirmó Rodríguez. Citó, como ejemplo, la caída del precio del gas y de los minerales, descenso que equivalió a una disminución de las exportaciones por cerca de 4 mil millones de dólares.
“Tan sólo para tener una idea de esa caída de las exportaciones de 4 mil millones de dólares de 2015, supera a la totalidad de las exportaciones que nosotros (los bolivianos) teníamos un año antes que Evo Morales asuma la administración del país. Cuando Morales entró al Gobierno, un año antes las exportaciones no llegaban a los tres mil millones de dólares; sin embargo, el año pasado únicamente la caída de las exportaciones está cercana a los cuatro mil millones de dólares. Esto demuestra la altísima dependencia y vulnerabilidad de un modelo como el actual que depende de la exportación, del extractivismo y de los recursos naturales y no renovables”, afirmó Rodríguez.
Por su parte, un aspecto negativo que destacó von Borries es la inyección de capitales a las empresas estatales con dinero de las Reservas Internacionales Netas, que están a cargo del Banco Central de Bolivia.
“Los préstamos que el Banco Central de Bolivia realizó a entidades estatales es una maniobra económica demasiado arriesgada. Sin embargo fue la única salida del Gobierno para cumplir con los proyectos de industrialización de hidrocarburos, ante la falta de inversión extranjera directa”, afirmó.
MISMO MODELO ECONÓMICO
En ese marco, el modelo económico prácticamente es el mismo de los gobiernos denominados “neoliberales” porque el proceso de transformación requiere de muchos más años, incluso décadas.
Según von Borries el cambio de matriz productiva para todo un país es un proceso largo, de más de 10 años pero que en los años transcurridos hubo grandes avances.
“Una década es un período de tiempo demasiado corto si consideramos la economía boliviana. Si bien se han dado pasos importantes para la industrialización (como la construcción de plantas separadoras o de producción de fertilizantes), queda un largo trecho por recorrer, pues toca la fase de comercialización y únicamente el mercado internacional y los índices de competitividad serán quienes determinen el éxito de estos proyectos”, manifestó el especialista.
Respecto al proceso de nacionalización de los hidrocarburos -para von Borries- esta política tiene sus pros y contras”. Definitivamente, el aspecto favorable fue el incremento sustancial de ingresos para el Estado, así como la permanencia de las empresas dedicadas al Upstream (Producción o Explotación). El aspecto negativo fue el desincentivo a nuevas empresas productoras para invertir en Bolivia. Ha tomado más tiempo del que se preveía recuperar la confianza del empresariado extranjero, principalmente de las empresas operadoras”.
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