Educación, educación ¿dónde estás?

Afirmábamos en la primera parte de este comentario, que la educación (y no la instrucción) en nuestro país no “mejora” desde hace bastante tiempo pese a la buena voluntad, los esfuerzos, los sistemas aplicados y el gran despliegue publicitario sobre el tema.

Ahora el actual Gobierno difunde un programa educativo denominado “Avelino Siñani”, el mismo que pretende inculcar a maestros de escuelas y colegios en seminarios y cursillos de cierto contenido ideológico como el tema del denominado antiimperialismo en la educación (?).

Afirmábamos también que hasta el momento esos esfuerzos no otorgan resultados convincentes. Y entonces aquí va otro ejemplo de la falta de una adecuada educación:

LAS “ENTRADAS” FOLKLÓRICAS

Con el argumento de “incentivar nuestra cultura”, no hay día en que no se realicen en nuestras calles y avenidas, las ya famosas “entradas” folklóricas con resultados conocidos: exceso de bebidas alcohólicas, botellas vacías, latas de cerveza, restos de comida, basura, peleas, destrucción de jardines, etc. Y lo peor, la participación de niñas y niños que en el futuro harán lo mismo.

Algún observador jocosamente dijo que esos pequeños eran “las divisiones inferiores” de nuestros fiesteros y bailadores. Y al respecto ¿qué opinan los representantes de instituciones que dicen defender a la niñez?

Existe también otro tema: esas “entradas” folklóricas ya se hicieron costumbre en escuelas, colegios y universidades públicas y privadas. En éstas últimas con resultados parecidos a los ya mencionados.

No estamos en contra del baile como tal (que es un arte visual) o del mismísimo folklore, pero, pero… ¿y los excesos y consecuencias?

DIFUSIÓN DE ESAS “ENTRADAS”

Tema de otro análisis será el de la difusión mediática de estas “entradas”, realizada ella en emisoras, canales de televisión y hasta suplementos de periódicos.

OTROSÍ

Hasta aquí hemos comentado algunas actitudes conocidas que demuestran la falta de educación que existe en nuestra sociedad. Aún existen más. Analice el lector el trato que recibe en oficinas públicas, observe el comportamiento de la gente que asiste a los campos deportivos y… bueno, larga sería la lista.

Por hoy basta.