Un país de Alasita

El titular de esta crónica podría inducir a un error, pues no me refiero a un país pequeño sino a un país permanentemente ilusionado y soñando prosperidad y riqueza, alternando en sus ruegos a la Virgen del Socavón, a la mamita de Urkupiña o a un fetiche mestizo de estatura abreviada.

Alegre y puntual como siempre, mi discípula periodística se hizo presente en mi despacho para anunciarme la feria de miniaturas más famosa del país en honor de un fetiche mestizo al que se le atribuyen milagros de prosperidad, reservado para cholos con fe, como el que suscribe esta columna periodística.

La cholita Macacha siempre fiel a su actividad profesional desplegó ante mis ojos casi ciegos una colección de periódicos de Alasita, casi todos con despliegue de buen humor, siendo algunos correspondientes a importantes diarios paceños.

A continuación y pese a muchos reparos, la maternal cholita valluna me vistió de Ekeko, me cargó de provisiones pequeñas de alimentos hogareños, me puso un pucho de cigarrillo entre mis labios y me trasladó a la Feria de Alasita montado en mi motocicleta Harley Davidson que ella condujo.

A continuación me cargó a sus espaldas para que no me robe ninguna chola y nos internamos en la feria, a pesar del mal tiempo reinante.

Previsora -como toda buena cholita- nos muñimos de una gran cantidad de billetes de Alasita, escogiendo Macacha una millonaria cantidad en dólares, mientras me decía con toda razón: “yo no creo una pizca en “el blindaje” que pregona el ministro de Economía y Finanzas Luis Arce Catacora, pues me he enterado en el Palacio Real de la plaza Murillo que él autorizó la entrega de millones y millones del famoso Fondo Indígena. Así que me parece prudente comprar muchos dolarcitos porque este año y los siguientes serán muy bravos”.

La cholita cochabambina nacida en Quillacollo se compró un carnet de casada a su nombre y al de don Nemesio Racacha, su difunto esposo que en paz descanse, comprando otro para mí, donde escribió el nombre de mi esposa, que es su comadre española.

Ansiosos por contar con otros documentos de Alasita, Macacha se compró un carnet de Alasita del Movimiento Al Socialismo, MAS, y otro carnet del Partido Marxista Leninista y Putinesco Ruso, con la firma de su representante en Bolivia el señor Álvaro García Linera.

Después nos servimos un tradicional plato paceño y también un vaso de api orureño; para concluir con nuestro recorrido por la Feria de Alasita 2016 nos servimos las tradicionales masitas y pasteles con maicillos, coquito y rosquetes.

Macacha llegó con su Ekeko y me depositó en mi hogar, dulce hogar.