Los automóviles comenzaron a circular a primera hora de ayer, luego del toque de queda vehicular que estuvo vigente desde el sábado por la tarde y, a pesar del frío, los neoyorquinos salieron a las calles y los parques para superar el letargo de las últimas horas y disfrutar de la nieve.
Fue una tormenta en la que, según la estación de monitoreo de Central Park, cayeron 68,07 centímetros de nieve, solo superada por los 68,33 centímetros que hubo en febrero de 2006; la nevada más fuerte en Nueva York desde que comenzaron los registros, hace siglo y medio.
Las máquinas quitanieves seguían trabajando por toda la ciudad y los alrededores, compartiendo las labores con los habitantes, para limpiar las calles y las carreteras y preparar a la ciudad para que hoy recupere su ritmo normal.
Según un saldo de víctimas que mencionó en una rueda de prensa anterior el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, el fenómeno natural de los últimos días ha causado la muerte de al menos 26 personas en la costa este de EEUU, cinco de ellas en el estado de Nueva York.