Los demás son solo repositorios
• Un informe, realizado por una antropóloga en 2013, reveló las falencias que tienen los espacios culturales en La Paz, por lo que incluso deben autogestionarse para no cerrar sus puertas de manera permanente • De otro lado, los museos extrañan la indiferencia de los bolivianos por apreciar y reconocer los valores artísticos y culturales que tiene el país • A los museos solo asisten los turistas extranjeros, según los voceros de los muse
Solo siete de 17 museos estudiados en La Paz son portadores de un patrimonio activo, incluso están camino a convertirse en centros culturales, con base en inmuebles de alto valor simbólico, importantes colecciones de objetos y una oferta de servicios abiertos al público (conferencias, congresos), dice la antropóloga Luz Castillo. El resto de los museos, “los más, no han abandonado su función exclusiva de repositorios, y algunos languidecen frente a un inminente cierre”.
ESTUDIO
En 2013, la antropóloga y jefa de Investigación del Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), Luz Castillo Vacano, desarrolló un estudio de 17 museos de la ciudad con el objetivo de proponer formas de establecer nexos entre esos repositorios y su público.
El libro Activación patrimonial de los museos de La Paz, presentado en julio de ese año, contiene la investigación de Castillo, que a la vez es un texto condensado de su tesis de la Maestría en Investigación en Ciencias Sociales de la Upieb.
De acuerdo con consultas realizadas por EL DIARIO en los museos, los indicados datos siguen en vigencia, casi sin variación alguna.
La autora considera que las entidades con un patrimonio activo son el Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef) que se ha consagrado con actividades académicas, la Reunión Anual de Etnografía, centro de documentación, cursos y talleres; el Museo Nacional de Arte que “se está constituyendo en un espacio de diálogo sobre la diversidad artística”; el Museo San Francisco (a la vez centro cultural) tiene una activación patrimonial basada en “valores culturales en temas artísticos y valores estéticos de sus colecciones”; los museos municipales de la calle Jaén, con una consagración turística importante; el Museo de Metales Preciosos Precolombinos, que muestra valores históricos que siguen asombrando a los públicos locales, y la Casa de Murillo, que tiene un valor social innegable para los paceños.
Castillo dice que una primera activación de los museos viene desde el Estado con la declaración de sus inmuebles como monumento nacional o patrimonio histórico; una segunda activación tiene que ver con las colecciones que guardan y que adquieren más valor por ese resguardo; y un tercer elemento se refiere al servicio que se da a la gente en el espacio del museo para mostrarle las colecciones e involucrarle en las actividades programadas.
La investigadora hace énfasis, más que en la afluencia de gente, en la “apropiación que hace la gente de los museos; (es decir) en que la gente se apropie de ese espacio como suyo”.
Entre los 17 museos estudiados, sin contar a los de historia natural, están los museos semiactivos cuyas colecciones e inmueble están aún en proceso de convertirse en patrimonio cultural: el Museo de Arte Contemporáneo Plaza, el Museo de Instrumentos Musicales de Bolivia, el Museo de la Coca y el Museo de Textiles Bolivianos.
En la tercera categoría de museos no activos patrimonialmente, con sus colecciones y/o su inmueble sin constituirse en patrimonio cultural, por tanto sin avanzar hacia una política de servicios a la población, se cuentan: el Museo de la Revolución Nacional, el Museo Policial, la Casa Museo Walter Solón Romero, el Museo Postal Filatélico “Joaquín Lemoine”, el Museo Histórico Militar Cnl. Gualberto Villarroel y el Museo David Crespo Castelú.
Estos últimos buscan distintas opciones para atraer y para conseguir afluencia del público, pues en su mayoría sus visitantes son extranjeros.
Hasta ahora, los museos activos patrimonialmente han logrado esa posición por iniciativas de gestión interna y, se puede decir, a nivel individual, pues no existe una red de museos o una política para dirigir un enfoque de acercamiento a la población. El estudio muestra la urgente necesidad de una legislación de museos, enmarcada en la Ley de Culturas pendiente, y políticas públicas claras.
MUSEO PLAZA, UN ESPACIO AUTOSOSTENIBLE
Uno de los casos es el museo Contemporáneo Plaza, ubicado en la avenida 16 de Julio, en El Prado. Este espacio, de propiedad de Hernán Plaza Fernández, es autosustentable y, por falta de apoyo, en oportunidades tuvo que alquilar algunos de sus ambientes, para actividades extraculturales, como casas del terror o recientemente la Casa de Papa Noel.
“Fue como una alternativa, pues los propietarios se vieron en la necesidad de hacer estas actividades extras para cumplír con los pagos de impuestos, además de los sueldos de ocho trabajadores del espacio”, explicó Jose Luis Zelles, uno de los trabajadores del lugar
El museo cuenta con 20 salas en tres niveles, la planta baja que tiene 4 salas de exposición está dedicada a exposiciones temporales de diferentes artistas.
“En años pasados se hacían exposiciones cada 22 días, pero en 2015, sólo tuvimos 8 muestras registradas, esto por el trabajo que requiere además de costos”, señala.
El segundo piso alberga la muestra permanente o colección del museo con obras de artistas nacionales e internacionales.
“Este ambiente es cambiado de manera paulatina, pues el espacio tiene una cadena de museos con Cochabamba”, señala
El tercer piso cuenta con 10 salas, entre grandes y pequeñas, estas albergaban muestras especiales, entre ellas de artistas emergentes.
En este piso hay de todo entre muestras permanentes o un espacio para dar la oportunidad a nuevos talentos que se ven limitados por la falta de oportunidad.
El horario de atención es de 10.00 hasta las 19.30 y el precio de la entrada para socios es de Bs 7 y 15 para otro público.
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