Elogio de la comadre

Mi comadre y yo comenzamos a vivir el carnaval y el referendo de manera simultánea y con el mismo fervor cívico y entusiasmo en nuestros cuerpecitos, pues los dos acontecimientos nos causaron un gustirriquitín casi inenarrable.

Sin embargo este jueves tuvo y tiene especial significación por ser el Jueves de Comadres, recordándomelo una esposa, quien al amanecer de este día me dijo en la oreja “no olvides que hoy es el Jueves de Comadres y a la cholita Macacha, que te colabora eficientemente en tu difícil trabajo periodístico, entrégale este escapulario de la Virgen del Pilar que le ayudará en su difícil tarea de periodista y de comadre…”.

Cumplí con el encargo de mi esposa y al imponerle el escapulario, dije a mi comadre Macacha y fiel discípula periodística que el escapulario imprimiría en ella el valor de los toreros españoles para lidiar con ejemplares del ganado altiplánico.

Se me ocurrió ofrecerle un feriado, pero recordé que el pasado día 22 gozamos de un día libre, cual si fuera un 6 de Agosto y preferí continuar con el Orden del Día, cuyo punto principal señala: “Hoy jueves, Día de las Comadres”, procediendo a darle un sincero y respetuoso abrazo, que por azar del destino se convirtió en una apechugada llena de sinceridad y agradecimiento porque sin mi colaboradora yo no podría cumplir mi tarea periodística.

Sin embargo, en el primer párrafo de esta columna periodística subrayaba la doble vertiente de celebración en esta jornada: la iniciación de nuestras fiestas carnavalescas comandadas por nuestras comadres y la realización en serio del referendo señalado para el 21 de febrero, etapa inequívocamente por las carnestolendas, que no es lo mismo que “tos lendas carnes”.

Como “dado mayor manda”, según ordenan las reglas del cacho, la atmósfera del carnaval cubrirá con su largo manto ambos acontecimientos: las carnestolendas y el referendo para cambiar la Constitución Política del Estado, de quien dicen algunos pepinos que es la madre de todas nuestras leyes.

Cobijados por esa atmósfera que huele a tufo del dios Momo, mi comadre Macacha y este alegre viejito comenzamos a vivir el carnaval y el referendo nos permitirá seguir bailando hasta el año 2030.

Cuando le manifesté a la cholita cochabambina nacida en Quillacollo que hoy escribiría una crónica en su homenaje, titulada “Elogio de la comadre”, ella se enterneció y puso en mis bolsillos una buena cantidad de dólares para divertirnos en el carnaval y en el referendo, actitud que justifica más aún mi Elogio de la comadre, porque mis parientes mestizos tienen un refrán que dice: “Mujer que no te da plata trae mala suerte”.