La “política del miedo”, impuesto por los gobiernos en diferentes países del mundo en 2015, es una amenaza a los derechos humanos, según el director ejecutivo de Human Rights Watch (HRW), Kenneth Roth, quien presentó ayer su informe anual en Estambul.
Sostiene también que Bolivia, Camboya, Ecuador, Egipto, Kazajstán, Kenia, Marruecos, Sudán y Venezuela han promulgado leyes imprecisas y excesivamente amplias para controlar a los activistas y socavar la capacidad operativa de los grupos independientes. Los gobiernos occidentales han sido muy lentos en pronunciarse en contra de estas amenazas globales.