Estudio revela violación de derechos en cárceles

La falta de protocolos y la vulneración de los derechos a personas de diversidad sexual y enfermos con sida en los recintos carcelarios de La Paz, Oruro y Potosí es un problema latente porque no existen las garantías necesarias para este sector de la sociedad, refirió el coordinador de Proyectos de la Asociación con Almas Propias, Ricardo Cordón, en la presentación del informe que hace referencia al tema.

Cordón mencionó que ante la falta de información sobre personas con diversidad sexual y enfermos con sida en las cárceles, organizaciones como Fundación Construir, Asociación un nuevo camino, Alas Propias y la Unión Europea se pudo concretar el trabajo realizado en centros penitenciarios como San Pedro, Centros de Orientación Femenina de Obrajes y Miraflores y Centro de Rehabilitación de Qalauma en La Paz; cárcel de San Pedro Oruro; y Centro penitenciario de Cantumarca en Potosí.

La exclusión se manifiesta en la atención diferenciada que reciben de policías, administrativos y los propios internos o internas y que se evidencia desde miradas discriminatorias hasta el lenguaje y también a través de la violencia física y sexual.

El documento revela que en una cárcel dos compañeros fueron arrojados a una fuente de agua fría por ser gays, y otros denunciaron que si salían de sus secciones o iban al baño o ducha eran "manoseados", obligados a practicar sexo oral y violados delante de otros internos. Al no existir ley de identidad de género, a las personas transexuales femeninas las envían a cárceles de hombres y a las masculinas a cárceles de mujeres, vulnerando sus derechos.

La investigación estima que en las cárceles de los departamentos de La Paz, Oruro y Potosí hay 40 personas con VIH, 38 de ellos en La Paz.

Este registro es una iniciativa de las unidades de sanidad de cada centro penitenciario que realizan controles y pruebas de VIH que mantienen en el anonimato ya que existe la ley 3729 que protege sus derechos, sobre todo el derecho a la confidencialidad.

En contraposición, no existe un registro de las personas LGBT en las cárceles del área andina, pues las que se reconocen como tal dentro de las cárceles son violentadas de diversas formas. "La peor parte se las llevan las personas trans, en quienes se ejerce desde violencia psicológica, sexual y en algunos casos hasta la muerte", sostuvo Ricardo Cordón, coordinador de proyectos de Ascap.