El mejor trabajo del mundo

En 1996, Gabriel García Márquez señaló que “el periodismo era el mejor oficio del mundo”. No dijo “trabajo” porque a éste se lo asocia con algo pesado e insufrible.

Por entonces, para mí el mejor trabajo del mundo era el de “locutor”, porque trabajaba un par de horas al día, me divertía, conocía gente interesante (incluso amores) y encima me pagaban… así que estaba completo.

Después incursioné en el periodismo y me enamoré de este oficio. ¿Acaso existe otra labor más gratificante que la de informar y generar opinión pública? Estar comprometido con la verdad, con el conocimiento de las cosas es, sin duda, una posición privilegiada.

Algunas décadas después me enamoré de la docencia y pensaba (sigo pensando) que es el mejor trabajo del mundo. Estar frente a los alumnos, inspirarlos, hacer una diferencia en sus vidas es una labor divina.

El oficio de escribir es también una labor única. Disfrutar con la redacción, la corrección, la revisión (una y otra vez) es parte de un proceso de gestación que sólo termina con la publicación de lo escrito. Es un regocijo solitario.

Así que ¿cuál es el mejor trabajo del mundo? Es aquel que desempeñamos con pasión, aquel que haríamos incluso si no nos pagaran, aquel que nos hace sentir realizados. Es aquel que queremos hacer, no aquel que nos ordenan que hagamos. Es aquel donde el reconocimiento y la satisfacción son más importantes que la remuneración económica.

Y eso se aplica a todos los oficios, cualquier persona que ama lo que hace puede decir con razón que tiene el mejor trabajo del mundo.

Y para usted, ¿cuál es el mejor trabajo del mundo?

(*) Consultor en Comunicación. Directorde Xperticia, empresa de asesoramiento y capacitación en Comunicación.

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