La guerra argentina

La guerra ha comenzado en Argentina. Es una guerra muy difícil porque el enemigo es una poderosa transnacional. Es más difícil que la de las Malvinas. Es que ahora se trata de recuperar territorios continentales que han sido tomados por el enemigo.

Por el momento, hay escaramuzas en ambos frentes. Las fuerzas se preparan. Los patriotas han dispuesto que todas las avionetas del enemigo que penetren en territorio argentino sean derribadas. Pero los quintacolumnistas han reaccionado y protestan contra la medida.

El peligro fue advertido por todos, menos por el gobierno que había tolerado la penetración del enemigo. Las instituciones que no habían sido afectadas por aquel gobierno hicieron sonar las sirenas de alarma. El país está invadido, dijeron.

Las 20 universidades privadas más importantes de Argentina, la Corte Suprema de Justicia y la Conferencia Episcopal dijeron, en documentos que no habían sido coordinados, pero que resultaron coincidentes, que el narcotráfico es una amenaza para la existencia de la República Argentina.

La socióloga Laura Etcharren relató en un libro cómo ingresaron en Argentina los agentes de las “Maras Salvatruchas”, las bandas centroamericanas que crean grupos de narcotraficantes en barrios suburbanos. Esas bandas ahora cubren varias provincias argentinas.

También han entrado en territorio argentino grupos del cártel mexicano los Zetas, que operan en las provincias del norte, mientras otras bandas lo hacen en el sur, ya en aquello de fabricar la droga y enviarla a ultramar.

La transnacional es muy poderosa: tiene avionetas de todos los portes y de todos los alcances. Tiene una armada con todos los barcos necesarios, con las banderas más oportunas.

El nuevo gobierno argentino ha escuchado las voces de alarma y comenzó a enfrentar al enemigo. Los agentes de la transnacional no se cruzan de brazos. Un camión con municiones de guerra ingresó desde un país satélite de la transnacional en territorio argentino. Lo capturaron entre Orán y Aguas Blancas. Llevaba dinamita suficiente para hacer volar Buenos Aires.

Esperemos que les vaya bien a los patriotas argentinos. Este es el gran desafío. Si pudiéramos, desde Bolivia enviaríamos un ejército auxiliar. Pero aquí tenemos nuestra propia guerra. Los frentes de batalla abiertos por esta transnacional son muchos. La coca es su aliada. Le proporciona generales y conductores. Pero los patriotas se están organizando. Están dando batallas en Caracas, Buenos Aires, Brasilia y La Paz. Suerte.

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